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Granja - Jijoca / Jericoacoara

2 min read

Estado de Brasil: Ceará
Tiempo pedaleado: 05:19:20
Kilómetros recorridos: 56,68
Tiempo total pedaleado: 123:05
Kilómetros total recorridos: 1424,49

Mucho calor, mucho viento, pero buena carretera.

Viaje lento pero tranquilo, con ganas de llegar, pero al mismo tiempo con no tantas ganas.

Acá en Jericoacoara, me quedé en la Posada da Renata, una posada que estan administrando unos amigos de Darling y que me van a recibieron por algunos días. Creo que las no ganas de llegar se deben un poco a mi asocialidad que se manifiesta de cuando en cuando y que al verse 'comprometida' a interactura socialmente se resiste un poco.

Al margen de esa sensación, todo fué literalmente sobre ruedas, llegué a Jijoca como a la una de la tarde almorzé y ya me disponia a seguir el viaje, cuando uno de los guias, Jijoca y Jericoacoara es un punto turístico muy importante del Nordeste, me explicó cuál seria el camino y que implicaba ir por la playa, que desgraciadamente por la marea no estaría transitable hasta el final de la tarde. Dos opciones: esperar hasta las cuatro de la tarde para poder ir por la playa, pagar en una camioneta para llegar más rápido.

Al final me dejé convencer por las señoras del restaurante y me vine en camioneta. Llegué en un hora y me ahorré el paso por unas dunas y poco de sufrimiento al empujar.

Acá en la Posada da Renata, me recibieron como si me conocieran de tiempo, me bañe, charlamos un rato; fué chevere poder volver a hablar español largo y tendido.

Catalina, Javier, Ana y Miguel serán mis anfitriones por algunos días, el lugar donde estan viviendo/trabajando es maravilloso. Pintan ser días muy tranquilos y relajados por acá.

 

Chaval - Granja

2 min read

Estado de Brasil: Ceará
Tiempo pedaleado: 05:13:51
Kilómetros recorridos: 71,03
Tiempo total pedaleado: 117:56
Kilómetros total recorridos: 1367,81

Durante el desayuno en Chaval me alcancé ilusionar con que no me tocaría subir hasta Camocin para luego volver a bajar hasta Granja, pero no si tocaba hacer toda es vuelta.

Pedaleada bastante tranquila, aunque la pierna izquiera me siguió doliendo y eso me está asustando.

De todas formas fuimos, Ludmila y yo hasta el retorno de Camocín de un solo totazo, ahí nos tomamos un par de jugos y seguimos directico hasta Granja a buscar almuerzo y a estirar, por que no queremos nos de una tendinitis, ¿o si?

Llegamos rapidito a Granja y el sol estaba en su máximo esplendor, hacia un calor de los mil demonios, encontramos una posada descente y barata y a buscar el almuerzo.

Acá en Granja noté algo que tengo que constatar con el resto del viaje por Ceará, todos los pueblos de este estado, por lo menos los de la costa, tienen las calles en adoquines de piedra, creo yo (seria chévere) por darles un estilo particular y para evitar los excesos de velocidad, ya preguntaré si es así no .

 

Parnaiba - Chaval

2 min read

Estado de Brasil: Piauí
Tiempo pedaleado: 05:46:13
Kilómetros recorridos: 79,24
Tiempo total pedaleado: 112:43
Kilómetros total recorridos: 1276,78

El camino hasta Chaval fué bastante tranquilo. De Parnaiba hasta Coqueiro da Praia la carretera es muy buena y está muy cerca del mar, a dos calles, lo cuál hace el paisaje mejor pero el camino más dificil por que todo el viento que viene del mar te da de frente.

Luego de Coquiero se gira hacia el Sur para ir hacia Camurupim a la frontera de Piauí con Ceará, es increible como cambian el paisaje de un estado a otro acá en Brasil. Pará: solo fincas de ganado, Maranhao: verde acá y allá, Piauí: árboles a lado y lado de la carretera para tratar de evitar un poco el viento, Ceará: aridez total, asfalto quebrado, árboles secos y tierra amarilla.

Ceará me impresionó mucho de entrada por ese contraste, pasando el puente que separa a Ceará de Piauí todo cambia tan abrutamente... Rocas, una carretera empinada y ¿Qué es eso que se ve al fondo, una montaña? ¿No que por acá todo era planito? (Fué solo el susto esas montañas están mucho más abajo de por dónde yo iba a pasar.

Cinco kilómetros más y se llega a Chaval, un pueblo de calles en adoquines de piedra que me gustó mucho, todo muy tranquilo y hasta ahora el lugar con la mujeres más bonitas que he visto en el viaje. Todas tienen rostros muy bonitos, no le jalan a eso de la tintura de los bellos de las piernas y curiosamente casi todas tienen gafas.


Por la noche, luego de dormir toda la tarde después de un poco de molestia con mi pierna izquierda, sali a darme una vuelta por el pueblo y comer algo.

Por acá todos los días parecen sábado, todo se mueve tan lento, todo es tan tranquilo que da mucha envidia y ganas de quedarse a vivir por acá.

 

Parnaiba

1 min read

El desayuno de hoy también estuvo bastante bueno, creo que realmente voy a considerar lo de salir un poco más tarde.

Otro masaje para las piernas, un poco de estiramiento y salir a pasear por la ciudad. Parnaiba es la puerta de entrada para el Delta de las Americas el único y más grande delta que se tiene en este lado del mundo y que tiene muchas cosas para ver, que tristemente por tiempo y por $tiempo$ no pude apreciar.


Parnaiba es bastante límpia y ordenada, por lo menos lo que yo vi, aunque como era festivo todo estaba vacio y/o cerrado. De todos modos el paseo por la ciudad fué bastante agradable, fuí hasta el centro, busqué un restaurante con almuerzo del día, caminé por la plaza, por el puerto y tomé algunas fotos.


Descansé algo las piernas y tengo nuevas fuerzas para continuar con el viaje, aunque ahora con un poco más de prudencia con lo que le exijo a mis piernas.

 

Tutoia - Parnaiba

4 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado: 09:03:56
Kilómetros recorridos: 121,91
Tiempo total pedaleado: 106:57
Kilómetros total recorridos: 1217,54

Creo que estoy pensando en cambiar un poco mi rutina, al parecer salir a las 6.00 es un mal negocio si los desayunos de todas las posadas es como el de hoy: Café, juguito, huevos, pan, banano, patilla. Ese el desayuno que me merezco todos los días con tanto esfuerzo físico.

Salí de Tutóia a las 7.00 despues del banquete del 'café da manha' y volví a sentir la 'estrada' bajo los pies de de Ludmila, con el detalle que no le había cambiado los zapatos por que me dijeron que un buen tramo de la carretera no estaba muy buena.

La carretera estaba mejor de lo que esperaba y luego de unos kilometros los zapatos de playa de Ludmila empezaron a pesar y a hacer el camino más dificil, juntándose con el hecho de que el Maranhao de despedida me regaló una carretera llena de columpios y por si me daba un poco de calor prendió el viento a máxima potencia.

Llegué hasta Cana Brava, con buena disposición, me tomé un par de jugos de aguacate para completar el desayuno y seguir pedaleando, sólo que como que el jugo de aguacate o no se lleva bien con la patilla o con el jugo de guayaba o con el banano o con el café o con la mantecada de maracuyá, por que cuando llevaba un par de kilometros me empezó a doler el estomago y una sensación de malestar general me empezó a invadir. Tuve que parar para pedir prestado un baño, pero bueno después de eso aunque no estaba del todo bien, la cosa mejoró bastante.

Luego llegué a Novo Horizonte a buscar algo de almuerzo para recuperar lo que había dejado atrás algunos kilometros atrás y mientras veia como la tranquilidad se confundía con el tedio me fuí recuperando un poco más. Ya llevaba 64Km y estaba en la mitad del camino ya me faltaba poco.

Continué un poco más despacio que de costumbre por que mi estomago estaba todavía un poco revelde pero con toda la intención de llegar rápido a Parnaiba, sólo que por la tarde le cambiaron las pilas al ventilador he hizo el doble de viento que por la mañana y por más que quisiera no iba poder ir más rápido, pasaban las horas, cambié de estado y luego encontré algunos kilometros de carretera llena de huecos y con viento en contra que no me hicieron muy bien. Pero bueno, hacia las cuatro de la tarde ya estaba a 10Km de Paranaiba, así que no me caería mal una aguita de coco pa' refrescarme, ¿no?. No, el aguita de coco no caia mal, lo que caia mal era parar, cuando me monté nuevamente a la bicicleta mis piernas ser rebelaron, ¿Como así que despues de empujar tanto la bicicleta en la arena ahora nos hace recorrer 120Km en un sólo día?, así que me toco ir todavía más despacio y llegar entrada la tarde en Parnaiba a buscar posada y descansar.

Por fortuna encontré una muy buena y dentro del presupuesto, así que como también había llegado tarde decidí quedarme al siguiente día también. Las piernas necesitaban masajes, estiramiento y descanso.

 

Paulino Neves - Tutóia

4 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado (empujado): 01:30:00
Kilómetros recorridos: 8.15
Tiempo total pedaleado: 99:24
Kilómetros total recorridos: 1095,63

Finalmente me quedé otro día más en Paulino Neves, dormí más de la cuenta, almorcé otra vez en la casa de Zé y por la tarde fuimos a bañarnos al rio y después a caminar por las Dunas con una de sus hijas.

Como siempre las dunas ofrecieron bastante material para fotografíar, así que tomamos un par de fotos, charlamos con Zé sobre el oficio de ser guia y Zé me contó algunas de sus historias con turistas que el había guiado. Fué una tarde muy entretenida y relajada.



Ya por la noche ibamos a ver la final del campeonato local pero desafortunadamente llegamos tarde y además el equipo del barrio de Zé había perdido y fué eliminado; así que nos fuimos tristes a un bazar de ahí cerca dónde venían, según me decia Zé, de todos los sabores: Zanahoria, naranja, limón, compoazu, tapioca, aguacate (por que el aguacate es una fruta), etc., yo iba por uno de aguacate, pero como no era nuestro día cuando llegamos ya se había acabado el bazar; volvimos otra vez tristes en busca de la canoa para regresar temprano a la casa y descubrimos que la otra canoa a la que habíamos atado la nuestra se acaba de ir con nuestra canoa a cuestas, así que esperar a ver si alguien más cruzaba el rio o teníamos que dar la vuelta por el puente (media hora caminando); no tuvimos que dar la vuelta y cruzamos en la canoa de alguien más, ahí encontramos sana y salva la canoa de Zé y nos juimos a dormir, por que hoy había que madrugar y empezar a pedalear.

Zé se levantó cuando yo estaba casi listo, nos tomamos la foto de rigor con la bicicleta y luego él me acompaño hasta la salida hacia Tutoia. - El camino de acá para allá es tierra, un par de bancos de arena y barro, pero da para andar, en una hora y media ya está en Tutoia.

Tierra = arena = empujar

Asíque tuve que empujar nuevamente la bicicleta un buen trecho. Ya cuando llegué al primer poblado, cosa extraña paró una Hilux que iba hacia Tutoia y me preguntó si me daba Carona, debo confesar que mi orgullo ciclístico me obligo a pensarlo, pero a la final acepté, y no pude haber tomado desición mejor.

Subimos la bicicleta y nos vinimos charlando animadamente con el señor hasta Tutoia, ahí Raimundo (creo, ya se me olvidó el nombre) me dejó en una bicicletería y ahi dejé a Ludmilla, literalmente, en latoneria y pintura; se lo merecía pa' que.

Luego la rutina de rigor, buscar dónde quedarme y dar una vuelta por el pueblo par tomar algunas fotos y poder actualizar este diario de viaje.

Ahora a ver bien como será el camino hasta Parnaiba, la puerta del Delta de las Americas, y de ahí hasta Jericoacoara y luego Fortaleza.

 

Atins - Paulino Neves

3 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado (empujado): 04:48:00
Kilómetros recorridos: 30,07
Tiempo total pedaleado: 97:54
Kilómetros total recorridos: 1087,48

Hoy me levanté temprano para dejar todo listo por si acaso me podían pasar en la lancha al otro lado del rio (como en la canción de Drexler).

Desayuné, me la tomé con calma... y cuando menos me lo esperaba ya tenía que salir, así que tuve que correr, bañarme y salir (sin agua) al puerto a montar la bicicleta en una lancha y encaminarme hacia Paulino Neves.

Por fortuna la arena hasta Paulino Neves, daba para andar. Sólo que el detalle ese de no tener casi agua la cosa se estaba poniendo 'ruin' como dicen por acá. Afortunadamente encontré una posada que tenía salida a la playa dónde pude comprar un jugo de Copoazu (mmmm, yummi) y una botella de agua, que me costaron un ojo de la cara. Pero bueno, con eso ya podía andar fresco hasta Paulino Neves.

El camino fué tranquilo y cuando ya estaba casi en la mitad me contré con Zé (José) un guia que iba para Caburé, me dió algunas indicaciones del camino y me ofreció su casa en caso de que cuando el volviera yo todavía no hubiera encontrardo dónde quedarme (Paulo, el de la posada entre otras me había dado la dirección de un amigo suyo en Paulino Neves) me podía quedar en su casa.

Llegué hasta cerca de Paulino Neves y la alegría terminó, por que como todos los pueblos de la región de las Lençois las vias de acceso para Paulino Neves son solo arena y para rematar tenia que cruzar un par de Dunas.

Me fuí con paso lento pero seguro hasta que llegué a los pies de las dunas restándome solamente dos sorbos de agua en la botella, ahí apareció una mujer con su hijo que iban para su casa cerca de la playa y que me dieron además de ánimo, ya me faltaba poco para llegar, un poco de agua.

Con esas proviciones avancé el resto del camino, hasta que el hambre me ganó (era la una de la tarde) y entré a una tienda a comerme media docena de bananos y muucha agua; ya de ahí solo me quedaba llegar hasta el centro del pueblo y ahí buscar la dirección del amigo de Paulo.

Seguí caminando (empujando) hasta que en una curva escucho un grito, Yiego!, era Zé que llegaba de Caburé, se bajó de la camioneta en que iba y nos fuimos andando hasta su casa.

Ahí conocí a su esposa y dos hijas, me bañe, comi un poco y descansé para después salir a ver un par de clasicos futboleros locales.

Cuando llegamos a la casa Zé me propuso que me quedara otro día para conocer mas cosas cerca a Paulino Neves. Aún no sé si quedarme o seguir mi camino.

 

Canto de Atins - Atins

3 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado (empujado): 02:42:00
Kilómetros recorridos: 6.75
Tiempo total pedaleado: 93:06
Kilómetros total recorridos: 1057,41

Por la mañana salimos con Paula y Marcos en busca de la "Lagoa do Mario" detrás de las dunas cerca de Ponta do Mangle, caminamos un buen rato por las dunas, hasta que preguntando y preguntando llegamos a la laguna. Como todos estos pueblos insertados entre las dunas esta laguna es un oasis al que uno siempre estará dispuesto a llegar, agua fresca y dulce para bañarse y paisaje simple pero hermoso.


Ahí en la laguna nos encontramos con dos turistas más, estos de Fortaleza, con los que charlé un rato (Nota mental: tengo que quitarme esta muletilla, por que por acá 'rato' es ratón y siempre termino diciendo otra cosa), curiosamente van a ir para Colombia en Diciembre, así que estuvimos hablando de posibles rutas por el país, me dieron su dirección en Fortaleza, así que es probable que ya tenga lugar para quedarme allá.

Luego volvimos a la posada, almorzamos, yo un poco de afán pues eran la una y el barco hacia Caburé salia a las 3:00pm.

El almuerzo estuvo rico, pa' que. Camarones, pescada frita con (adivinen) frijoles, farinha y arroz; pero como sali de afán cuando llegué, tarde, a Atins me dió un dolor de estomago así de esos que lo mandan directo pa'l baño.

Menos mal llegué a la Posada da Rita, ahí me dejaron armar la carpa y pude bañarme ir al baño y descansar. Ahí uno de los hermanos de la dueña de la posada me llevó a donde una vecina que tiene un huerto de hiervas medicinales para hacerme un té de Boldo. Esta feo como el solo, pero me ayudó bastante, cuando llegué a la posada pude comer un poco de las pizzas que estaban haciendo y concreté con el señor (Paulo) que al otro día si iban a pescar al rio me pasaban a la otra orilla.

Así que otra vez como en los otros días de las Lençois todo lo planeado no salió como lo planeado.

 

2Km adelante del Rio Negro - Canto de Atins

2 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado (empujado): 05:28:00
Kilómetros recorridos: 18.46
Tiempo total pedaleado: 90:34
Kilómetros total recorridos: 1050,66

En algunos partes la playa dió para andar rodar en la bicicleta, pero la mayor parte del camino me tocó empujar.

Lo bueno fué que los últimos dos o tres kilómetros se pudo andar y esos árboles que se veian allá al fondo tan remotos se acercaron mucho más rápido.

Cuando ya estaba cerca del Canto, se veían por acá y por allá pescadores que iban a tender sus redes. Uno de ellos se ofreció a llevarme a una de las dos posadas que hay acá (la de su hijo); y me trajo hasta el mejor Oasis que pude haber encontrado. Sábanas limpias, mosquitero, comidad deliciosa y una paz que no se pueden imaginar.

Aproveché para descansar, hacerme unas curaciones, por que con la empujada me pegué más de una vez en las piernas con los pedales, y para limpiar un poco a Ludmila, por que tenía arena hasta en el c·$%% igual que yo y luego me junté con dos Paulistas que llegaron a la posada y que estaban tomando fotos por aquí.

Los acompañe a tomar un par de fotos por la noche sobre las dunas, comimos, charlamos un rato con Don Antonio (el dueño de la posada) y a la camita.

Mañana creo que me la voy a tomar suave. Los barcos hasta Caburé llegan hasta las dos de la tarde, así que no tiene sentido salir temprano hasta Atins.

Me voy a tomar la mañana libre.

 

Quemada dos Britos - 2km adelante de Rio Negro

6 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado (empujado): 08:53:16
Kilómetros recorridos: 19.85
Tiempo total pedaleado: 85:06
Kilómetros total recorridos: 1032,2

Me levanté temprano dispuesto a asumir el reto de las Lençois, arreglé todas las cosas, me bañe, desayune con huevitos (hace rato no comia huevitos), café y galletas y todo listo para la partida, o casi todo.

Bruno uno de los hijos del dueño de casa (maldita mi mala memoria con los nombres) probó mi bicicleta y dijo que así no andaba ni una hora en las dunas, que para andar en la dunas era necesario sacarle un poco de aire a las ruedas; y como el que sae sabe, no me opuse, le sacó casi la mitad del aire a las ruedas y si señores efectivamente andaba mucho mejor.

¿Por dónde es el camino?, siga derecho por el rastro de la camioneta hasta las dunas, suba la duna grande y de ahí derecho hasta el mar.

Nos montamos en la bicicleta, andamos como medio kilómetro y otra vez esa arena fofa que no dejaba avanzar, como aprendimos el día anterior eso de la empujada, pues nos dedicamos a empujar. Dunas por acá, dunas por allá, algunas de ellas al parecer infranqueables. Tuve que empujar buena parte del camino y aprender por la experiencia que: si llegó a la cima de las Dunas no se baje a menos que no haya otra forma de continuar. Jijuemadre si es duro andar en esa arena.




Total de las dos horas que tenía para hacer esos 7Km se convirtieron en cuatro. Pero bueno ya estabamos en el Atlántico, Ludmilla y yo. Le tomamos la fotico de rigor, tomamos un segundo desayuno: pan con mermelada y un poco de agua; y como estaba haciendo calorcito y nos lo mereciamos, una bañito biringo en el mar (que lugar más apropiado para bañarse en pelotas que una playa desierta). Nos arreglamos y a las tres de la tarde estoy en Canto de Atins.




Ja, ja, ja. Como me demoré tanto llegando hasta el mar ya la marea estaba en la otra dirección y toda la arena que podría haber sido transitable con la bicicleta no estaba en condiciones, así que como aprendimos en las dunas: 50 pasos empujando, 30 segundos de descanso y hagale pues mijo que pa' lante es pa'ya.

Sol, brisa (viento, mucho viento) y mar y nada que se veia algún rastro de vida en el horizonte. Al medio día paré, hice un poco de estiramiento, me comi una barra de cereal y muy para mi pesar vi que se me estaba acabando toda el agua que llevaba.

Empezamos a empujar de nuevo y vemos en el horizonte dos figuras humanas, ¡Hay gente por acá!, no debo estar muy lejos pensé, empujar siguiendo las dos figuras.

Cuando casi les daba alcance tuve que atravesar un riachuelo que parecia inocente y tierno, pero mentiras justo cuando estaba en la mitad un banco de arena atrapó a Ludmila y tuve entonces que desmontar buena parte de las maletas y darme mañanas hasta que pude sacar la bicicleta de ahí, descansar un poco ajustar la bicicleta (se había safado una de las parrillas) y ¿dónde era que estaban esas personas?

Nada, se habían desvanecido.

Dándome un poco de ánimos pensé que si me llevaban media hora y ya no se veian por ahí eso quería decir que no podía estar a maś de una hora de camino de algún lugar habitado. Tenia razón pero no de la forma en que yo esperaba.

Continue empujando, pasaban las horas, el agua ya casi se había terminado del todo, tenía hambre y ya me estaba viendo durmiendo solo en la carpa junto a la playa y comiendome la lata de atún que guardo para condiciones extremas. Pero no ya a las cuatro de la tarde llegué en un punto de la playa en la que las opciones eran continuar empujando hasta las 5.30 y acampar o parar y pedir alojamiento en una cabaña de pescadores que se veia a lo lejos.

Opción dos, vamos a ver que pasa.

De lejos parecia que sólo habían dos personas, pero a medida que me iba acercando fueron saliendo más, seis en total y la verdad me dió un poco de miedo. Estaba tan lejos de todo y si ellos quisieran realmente robarme o algo no habría nadie que se interpusiera. Pero nada, temores infundados y muchas películas gringas de pueblos texanos dónde sólo vive gente despiadada.


Me ayudaron a empujar la bicicleta hasta la casa, me dieron agua y un poco de pescado. Hablamos se rieron un poco de mi y mis aventuras en la arena y como no tenían luz ni nada nos acostamos a dormir temprano (a penas se ocultó el sol). Algunos de ellos se levantaron más tarde para ir a recoger las redes y volvieron casi a la madrugada. Todo fué tan chévere, nada de ruido, todo tranquilo, una vida dificil, por que les toca trabajar muy duro, pero simple, sencilla y hermosa. Con ellos aprendí un poco sobre la marea, sobre la manera de pescar de por acá y de lo dificil que se está haciendo vivir de esa manera debido a la falta de acción de los organismos estatales en la regulación de pesca con grandes embarcaciones.

Al otro día asistí a la caceria del ratón que los estaba hacediando desde que llegaron acá, lograron encontrarlo. Fui con algunos de ellos por un poco de agua, desayuné me alisté y listos para continuar la jornada. Me acompañoron hasta la playa y hágale pues mijo.