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Fortaleza - Praia das Fontes

5 min read

Estado de Brasil: Ceará
Tiempo pedaleado: 08:16:36
Kilómetros recorridos: 90.09
Tiempo total pedaleado: 159:09
Kilómetros total recorridos: 1827.49

Como todo buen deportista necesita energías para comenzar el día 'tuve' que esperar un poco por un desayudo de campeones antes de volver a salir a la calle a pedalear, mas resuelto ese punto solo quedaba la 'estrada' entre mi actual posición dentro de Fortaleza y la Praia das Fontes, un lugar del que no sabía nada y que ví en un folleto que estaba en la posada.

Salí casi a las 8.00 de la mañana y me fuí por una calle paralela a la playa en dirección 'Litoral Leste', pasé por lugares que ya había visto en mis caminatas de los días anteriores y justo cuando pasaba delante del 'Igaraope shopping', uno de los más nuevos, recibi lo que podríamos llamar mi primer patrocio informal: En un esquina esperando el cambio de luces de un semáforo un tipo de una camineta me llamó, me preguntó de dónde venía y hacia dónde iba y antes de que cambiara la luz saco por la ventanilla del carro un billete de R$20, que acepté un poco consternado, el encendió su motor, yo seguí pedaleando y ya está(Recuerdenme pasar por barrios 'bien' al salir de las ciudades más seguido ;)).

Ya saliendo de Fortaleza por el oriente, cerca a la Universidad de Fortaleza, me fuí por una cicloruta que en Bogotá equivaldria a una que fuera de la autopista norte hasta Sopó, asi que ese pedazo del viaje fué muy tranquilo, sin preocuparse por los carros ni nada de eso, igual aqui en Ceará, y sobre todo por acá, las vias están bastante bien. En Sopó, digo en Aquiraz me tomé un par de jugos de naranja y empecé a pedalear de nuevo con la esperanza de llegar hasta Beberibe para almorzar, solo que ni Beberibe estaba tan cerca, ni el viento iba a dejarmela tan fácil. Total me tocó parar un par de poblados antes, almorzar y volver a lo de la pedaleada luego, lo chévere del asunto fué que justo después de pasar Cascavel, el penúltimo pueblo antes de llegar a mi destino, me encontré con un par de viajeros en Bicicleta: Petterson y Manu, dos muchachos de Pernabuco con cara de hippies (y probablemente lo sean) que despues de viajar en bus por todo el Brasil, decidieron comprarse un par de biciletas y hacer mas o menos la misma ruta que yo estoy llevando. También salieron de Belem, pasaron por las Lençois, pasaron por Jerí y Fortaleza y ahora van para Mossoró, luego Natal y adivinen dónde quieren terminar: En Rio.

Al lado de ellos yo soy como el niño de Papi y Mami que va de campamento con sus amigos de los Scouts y que llevan una maleta gigante superfina con un montón de cosas que probablemente no sabe como funciona y que tampoco sabe como usar; ellos viajan supremamente leve, yo creo que si llegan a completar la mitad del peso que yo llevo, entre los dos, es mucho, y con todo y que ¡llevan hasta al gato!. Me dió mucha alegria y también un poco de envidia verlos, de verdad van tan leves, no solo físicamente sino que se les ve que espiritualmente no tienen nada de peso; nos sentamos ahí a charlar a la sombra de unos Cajuerios y nada, yo tenia que seguir pedaleando y ellos eventualmente también. Supongo que me los encontrá de nuevo en la carretera más adelante.

Al final del día, a las 5.30 llegué hasta la Praia das Fontes, es tan tranquilo acá, es sólo una calle larga con un puñado de casas a los costados a la sombra de una hilera de torres con hélices de la encina eólica del lugar. Tiene más bien pocos hoteles y posadas y el poblado no tiene nada de ruido. Inmediatamente pensé que me gustaría vivir acá, solo que como ya es un punto turístico los terrenos valen entre R$15.000 y R$30.000, ¿Será que encuentro mi lugar idilico de acá hasta Rio? ¿Será que si lo encuentro alguien comparte la locura para juntar unos pesos y comprar un terreno?

Por lo pronto me voy a quedar aquí mañana y visitaré las "Fontes" que le dan al nombre al lugar, que son fuentes de agua semi-mineral al lado del Mar.

 

Fortaleza

3 min read

Fortaleza ha sido hasta ahora la ciudad que más me ha gustado de las que he visto en el Litoral. La verdad no sabría como explicar eso, por que la ciudad en si no tiene las playas más bonitas (las de Sao Luis lo son por mucho), el tráfico no es el más organizado, ni es precisamente la mas limpia. Sólo se que en el aire se respira un aire totalmente diferente al de las demás.

Me gustó mucho de Fortaleza que a pesar de ser una ciudad turística tiene una vida cultural interesante enfocada para los locales. El Centro Cultural Dragao do Mar, el teatro Jose Alcemar, el Cinema Sao Luiz entre otros tiene una oferta bastante amplia y sobre todo accequible para todo público. Aqui pude ir a ver cine francés, cine español, cine brasilero, la antesala a un espectáculo de danza y todo sin gastar más de $10.000. Aqui en Fortaleza recorde lo mucho que me hace falta, a pesar de no ser un usuario regular de esos servicios en Bogotá, los eventos culturales: cine, teatro, danza, bibliotecas. Creo que si me mudara a un lugar en el campo o cerca de una playa eso sería lo que más me haría falta.



La ciudad es grande si, pero no demasiado, yo recorrí la mitad de la ciudad en poco mas de hora y media caminando, lo que quiere decir que en bicicleta uno podría vivir en un extremo de la ciudad y trabajar en el otro y no tardar más de 45 minutos. Lo interesante también es que aquí hay más consiencia a la bicicleta como deporte y medio de transporte mismo que en otras ciudades. Cómo ya contaba antes hay grupos parecidos al de CICLOPASEOS de los Miercoles en Bogotá, de gente que se reune para viajar por la ciudad en bicileta por la noche, y no son pequeños, las dos veces que me los encontré (finalmente no sali con ellos por que no alcancé a llegar a tiempo) iban por lo menos 100 personas.



El Centro tiene bastante movimiento, se parece un poco al de Bogotá, pero un poco más caliente y con plazas y parques llenos de árboles cada tanto; por otra parte en general el sistema de alcantarillado no es muy bueno y tanto en los barrios periféricos como en los gomelos se encuentran canales de agua maloiente cada un par de calles; relacionado con eso caminando por un barrio gomelo note algo que me pareció curioso: no hay cestas de basura en las esquinas, es como si esos barrios no estuvieran diseñados para que la gente caminase, como si se asumiera que allí todo el mundo va a estar en carro. ¿Será así terminará siendo en todas partes, las calles para los carros y los recintos para las personas?, ojalá que no.

 

Preá - Acaraú

2 min read

Estado de Brasil: Ceará
Tiempo pedaleado: 04:33:54
Kilómetros recorridos: 49.87
Tiempo total pedaleado: 131:06
Kilómetros total recorridos: 1486.93

Para salir de Preá habia dos rutas: una 'fácil', ir por una destapada hasta la carretera principal y luego de ahí seguir hasta cruz, la otra un poco más complicada, seguir por una destapada hasta Anaraú y luego de ahí tomar la pavimentada hacia Cruz y luego Acaraú.

Como bien habrán supuesto me fuí por la... complicada, pues prometia ser menos monótona que la facil. El Dr. Lima me dijo que si seguia por ahí además de encontrar varios poblados podía pasar cerca de un parque eólico que estaba en pruebas cerca de Anarú.

La destapada, no fué tan dificil como me imagine inicialmente teniendo en cuenta los antecedentes de otras partes de Brasil, y pude pedalear despacio pero seguro durante todo el trecho, pasé por lagunas hermosísimas, pasé cerca del parque eólico y cuando menos me dí cuenta ya estaba en Anaraú. Un par juguitos de Cajá un bolo que estaba buenísimo y a continuar el viaje.

Por la pavimentada Ludmila andó sobre ruedas y así en medio de un calor infernal, la gente por acá me dice que este año ha estado más caliente que otros, llegamos a Acaraú, una ciudad pequeña y medianamente tranquila.

Buscamos el hotel, salimos a caminar, tomamos un par de fotos y nos recluimos temprano con la esperanza de tener energías para trabajar un rato, hay que hacer sostenible este viaje de alguna forma. Pero nada el cansancio ganó y se durmió hasta bien eentrada la madrugada cuando tocó levantarse a cambiar las llantas de la bicicleta para ponerla en modo asfalto.



Esperemos que el resto del recorrido por Ceará no exija otro cambio de ruedas.

 

Jericoacoara - Preá

4 min read

Estado de Brasil: Ceará
Tiempo pedaleado: 03:28:29
Kilómetros recorridos: 12.57
Tiempo total pedaleado: 126:33
Kilómetros total recorridos: 1437.06

Me levanté temprano para terminar de alistar las cosas para el viaje, Ludmilla estaba lista, pero las maletas todavía estaban por hacer. Luego un desayuno de campeones con los muchachos: Sopita de Ramen, nescao, pancito, bolo (como voy a extrañar esos bolos), una discusión interesante sobre las parejas de personas de distintos credos y bueno ya había que salir si no esto se iba a convertir en otro amague de despedida.

Los muchachos me ayudaron empujando la bicicleta hasta el pie del Serrote (una lomita junto a la playa desde la que se puede ver Jerí y desde la que se baja hasta la 'Pedra Furada') y de ahí para adelante suerte mijitico.

Empujar la bici por las laderas de la montaña no fué tan complicado, pero tampoco fué tan fácil, pero eso si fué mucho más sencillo que lo que me esperaba al llegar a mi querida y vieja amiga la arena fofa de las dunas. Empujando cerca de la montaña recorri como 2km en media hora, en la arena me demoré 45min para recorrer un kilómetro!. Bueno, pero nada al fin llegamos a la playa y a suplicar por que la arena estuviera en condiciones para pedalear.

Luego de un rato los ruegos fueron escuchados y pude pedalear por la playa hasta muy cerca de Preá, mi próximo destino. Solo que ahí al igual que en Jeri las calles son sólo de arena y había que empujar de nuevo.

Ya en Preá busqué la casa del Dr. Lima un conocido de Valdo con quién tenía el compromiso de encontrarme para una entrevista que saldría en una radio comunitaria. Finalmente encontré la casa y fuí atendido de maravilla por el Dr. Lima y su señora. Me dieron almuerzo, agua, me prestaron su baño para, duh, bañarme y bueno luego hablamos largo y tendido con el Dr. Lima sobre mi viaje, su llegada a la región, la corrupción en Brasil, los índices de desigualdad, etc. Y al final de la tarde procedimos al asunto en cuestión de la entrevista.

La entrevista tuvo mas o menos la siguiente estructura: El por qué de mi viaje, el para qué, si habia alguno, que cosas curiosas había visto durante el viaje, algunas cosas relevantes de mi recorrido, las mujeres brasileras y las colombianas, la comida en brasil y finalmente algún mensaje para la audiencia y para las personas que quisieran iniciar aventuras parecidas.

A lo último respondí con uno de los lemas de Somos más y el Portal del Voluntario, una frase de Ghandi: traten de ser el cambio que quieren ver en el mundo, no se queden esperando que el Estado, o lo Mamá o el hermano cambien las cosas, haganlo uds. mismos. Y si sienten que es necesario un alto en su camino para entenderse mejor y entender que sería ese cambio, pues cojan la bicicleta y echen a andar, les va a salir barato, será ecológico y ganaran además de mucho tiempo para pensar algo de físico, jeje.

 

Tutoia - Parnaiba

4 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado: 09:03:56
Kilómetros recorridos: 121,91
Tiempo total pedaleado: 106:57
Kilómetros total recorridos: 1217,54

Creo que estoy pensando en cambiar un poco mi rutina, al parecer salir a las 6.00 es un mal negocio si los desayunos de todas las posadas es como el de hoy: Café, juguito, huevos, pan, banano, patilla. Ese el desayuno que me merezco todos los días con tanto esfuerzo físico.

Salí de Tutóia a las 7.00 despues del banquete del 'café da manha' y volví a sentir la 'estrada' bajo los pies de de Ludmila, con el detalle que no le había cambiado los zapatos por que me dijeron que un buen tramo de la carretera no estaba muy buena.

La carretera estaba mejor de lo que esperaba y luego de unos kilometros los zapatos de playa de Ludmila empezaron a pesar y a hacer el camino más dificil, juntándose con el hecho de que el Maranhao de despedida me regaló una carretera llena de columpios y por si me daba un poco de calor prendió el viento a máxima potencia.

Llegué hasta Cana Brava, con buena disposición, me tomé un par de jugos de aguacate para completar el desayuno y seguir pedaleando, sólo que como que el jugo de aguacate o no se lleva bien con la patilla o con el jugo de guayaba o con el banano o con el café o con la mantecada de maracuyá, por que cuando llevaba un par de kilometros me empezó a doler el estomago y una sensación de malestar general me empezó a invadir. Tuve que parar para pedir prestado un baño, pero bueno después de eso aunque no estaba del todo bien, la cosa mejoró bastante.

Luego llegué a Novo Horizonte a buscar algo de almuerzo para recuperar lo que había dejado atrás algunos kilometros atrás y mientras veia como la tranquilidad se confundía con el tedio me fuí recuperando un poco más. Ya llevaba 64Km y estaba en la mitad del camino ya me faltaba poco.

Continué un poco más despacio que de costumbre por que mi estomago estaba todavía un poco revelde pero con toda la intención de llegar rápido a Parnaiba, sólo que por la tarde le cambiaron las pilas al ventilador he hizo el doble de viento que por la mañana y por más que quisiera no iba poder ir más rápido, pasaban las horas, cambié de estado y luego encontré algunos kilometros de carretera llena de huecos y con viento en contra que no me hicieron muy bien. Pero bueno, hacia las cuatro de la tarde ya estaba a 10Km de Paranaiba, así que no me caería mal una aguita de coco pa' refrescarme, ¿no?. No, el aguita de coco no caia mal, lo que caia mal era parar, cuando me monté nuevamente a la bicicleta mis piernas ser rebelaron, ¿Como así que despues de empujar tanto la bicicleta en la arena ahora nos hace recorrer 120Km en un sólo día?, así que me toco ir todavía más despacio y llegar entrada la tarde en Parnaiba a buscar posada y descansar.

Por fortuna encontré una muy buena y dentro del presupuesto, así que como también había llegado tarde decidí quedarme al siguiente día también. Las piernas necesitaban masajes, estiramiento y descanso.

 

Paulino Neves - Tutóia

4 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado (empujado): 01:30:00
Kilómetros recorridos: 8.15
Tiempo total pedaleado: 99:24
Kilómetros total recorridos: 1095,63

Finalmente me quedé otro día más en Paulino Neves, dormí más de la cuenta, almorcé otra vez en la casa de Zé y por la tarde fuimos a bañarnos al rio y después a caminar por las Dunas con una de sus hijas.

Como siempre las dunas ofrecieron bastante material para fotografíar, así que tomamos un par de fotos, charlamos con Zé sobre el oficio de ser guia y Zé me contó algunas de sus historias con turistas que el había guiado. Fué una tarde muy entretenida y relajada.



Ya por la noche ibamos a ver la final del campeonato local pero desafortunadamente llegamos tarde y además el equipo del barrio de Zé había perdido y fué eliminado; así que nos fuimos tristes a un bazar de ahí cerca dónde venían, según me decia Zé, de todos los sabores: Zanahoria, naranja, limón, compoazu, tapioca, aguacate (por que el aguacate es una fruta), etc., yo iba por uno de aguacate, pero como no era nuestro día cuando llegamos ya se había acabado el bazar; volvimos otra vez tristes en busca de la canoa para regresar temprano a la casa y descubrimos que la otra canoa a la que habíamos atado la nuestra se acaba de ir con nuestra canoa a cuestas, así que esperar a ver si alguien más cruzaba el rio o teníamos que dar la vuelta por el puente (media hora caminando); no tuvimos que dar la vuelta y cruzamos en la canoa de alguien más, ahí encontramos sana y salva la canoa de Zé y nos juimos a dormir, por que hoy había que madrugar y empezar a pedalear.

Zé se levantó cuando yo estaba casi listo, nos tomamos la foto de rigor con la bicicleta y luego él me acompaño hasta la salida hacia Tutoia. - El camino de acá para allá es tierra, un par de bancos de arena y barro, pero da para andar, en una hora y media ya está en Tutoia.

Tierra = arena = empujar

Asíque tuve que empujar nuevamente la bicicleta un buen trecho. Ya cuando llegué al primer poblado, cosa extraña paró una Hilux que iba hacia Tutoia y me preguntó si me daba Carona, debo confesar que mi orgullo ciclístico me obligo a pensarlo, pero a la final acepté, y no pude haber tomado desición mejor.

Subimos la bicicleta y nos vinimos charlando animadamente con el señor hasta Tutoia, ahí Raimundo (creo, ya se me olvidó el nombre) me dejó en una bicicletería y ahi dejé a Ludmilla, literalmente, en latoneria y pintura; se lo merecía pa' que.

Luego la rutina de rigor, buscar dónde quedarme y dar una vuelta por el pueblo par tomar algunas fotos y poder actualizar este diario de viaje.

Ahora a ver bien como será el camino hasta Parnaiba, la puerta del Delta de las Americas, y de ahí hasta Jericoacoara y luego Fortaleza.

 

Atins - Paulino Neves

3 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado (empujado): 04:48:00
Kilómetros recorridos: 30,07
Tiempo total pedaleado: 97:54
Kilómetros total recorridos: 1087,48

Hoy me levanté temprano para dejar todo listo por si acaso me podían pasar en la lancha al otro lado del rio (como en la canción de Drexler).

Desayuné, me la tomé con calma... y cuando menos me lo esperaba ya tenía que salir, así que tuve que correr, bañarme y salir (sin agua) al puerto a montar la bicicleta en una lancha y encaminarme hacia Paulino Neves.

Por fortuna la arena hasta Paulino Neves, daba para andar. Sólo que el detalle ese de no tener casi agua la cosa se estaba poniendo 'ruin' como dicen por acá. Afortunadamente encontré una posada que tenía salida a la playa dónde pude comprar un jugo de Copoazu (mmmm, yummi) y una botella de agua, que me costaron un ojo de la cara. Pero bueno, con eso ya podía andar fresco hasta Paulino Neves.

El camino fué tranquilo y cuando ya estaba casi en la mitad me contré con Zé (José) un guia que iba para Caburé, me dió algunas indicaciones del camino y me ofreció su casa en caso de que cuando el volviera yo todavía no hubiera encontrardo dónde quedarme (Paulo, el de la posada entre otras me había dado la dirección de un amigo suyo en Paulino Neves) me podía quedar en su casa.

Llegué hasta cerca de Paulino Neves y la alegría terminó, por que como todos los pueblos de la región de las Lençois las vias de acceso para Paulino Neves son solo arena y para rematar tenia que cruzar un par de Dunas.

Me fuí con paso lento pero seguro hasta que llegué a los pies de las dunas restándome solamente dos sorbos de agua en la botella, ahí apareció una mujer con su hijo que iban para su casa cerca de la playa y que me dieron además de ánimo, ya me faltaba poco para llegar, un poco de agua.

Con esas proviciones avancé el resto del camino, hasta que el hambre me ganó (era la una de la tarde) y entré a una tienda a comerme media docena de bananos y muucha agua; ya de ahí solo me quedaba llegar hasta el centro del pueblo y ahí buscar la dirección del amigo de Paulo.

Seguí caminando (empujando) hasta que en una curva escucho un grito, Yiego!, era Zé que llegaba de Caburé, se bajó de la camioneta en que iba y nos fuimos andando hasta su casa.

Ahí conocí a su esposa y dos hijas, me bañe, comi un poco y descansé para después salir a ver un par de clasicos futboleros locales.

Cuando llegamos a la casa Zé me propuso que me quedara otro día para conocer mas cosas cerca a Paulino Neves. Aún no sé si quedarme o seguir mi camino.

 

2Km adelante del Rio Negro - Canto de Atins

2 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado (empujado): 05:28:00
Kilómetros recorridos: 18.46
Tiempo total pedaleado: 90:34
Kilómetros total recorridos: 1050,66

En algunos partes la playa dió para andar rodar en la bicicleta, pero la mayor parte del camino me tocó empujar.

Lo bueno fué que los últimos dos o tres kilómetros se pudo andar y esos árboles que se veian allá al fondo tan remotos se acercaron mucho más rápido.

Cuando ya estaba cerca del Canto, se veían por acá y por allá pescadores que iban a tender sus redes. Uno de ellos se ofreció a llevarme a una de las dos posadas que hay acá (la de su hijo); y me trajo hasta el mejor Oasis que pude haber encontrado. Sábanas limpias, mosquitero, comidad deliciosa y una paz que no se pueden imaginar.

Aproveché para descansar, hacerme unas curaciones, por que con la empujada me pegué más de una vez en las piernas con los pedales, y para limpiar un poco a Ludmila, por que tenía arena hasta en el c·$%% igual que yo y luego me junté con dos Paulistas que llegaron a la posada y que estaban tomando fotos por aquí.

Los acompañe a tomar un par de fotos por la noche sobre las dunas, comimos, charlamos un rato con Don Antonio (el dueño de la posada) y a la camita.

Mañana creo que me la voy a tomar suave. Los barcos hasta Caburé llegan hasta las dos de la tarde, así que no tiene sentido salir temprano hasta Atins.

Me voy a tomar la mañana libre.

 

Quemada dos Britos - 2km adelante de Rio Negro

6 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado (empujado): 08:53:16
Kilómetros recorridos: 19.85
Tiempo total pedaleado: 85:06
Kilómetros total recorridos: 1032,2

Me levanté temprano dispuesto a asumir el reto de las Lençois, arreglé todas las cosas, me bañe, desayune con huevitos (hace rato no comia huevitos), café y galletas y todo listo para la partida, o casi todo.

Bruno uno de los hijos del dueño de casa (maldita mi mala memoria con los nombres) probó mi bicicleta y dijo que así no andaba ni una hora en las dunas, que para andar en la dunas era necesario sacarle un poco de aire a las ruedas; y como el que sae sabe, no me opuse, le sacó casi la mitad del aire a las ruedas y si señores efectivamente andaba mucho mejor.

¿Por dónde es el camino?, siga derecho por el rastro de la camioneta hasta las dunas, suba la duna grande y de ahí derecho hasta el mar.

Nos montamos en la bicicleta, andamos como medio kilómetro y otra vez esa arena fofa que no dejaba avanzar, como aprendimos el día anterior eso de la empujada, pues nos dedicamos a empujar. Dunas por acá, dunas por allá, algunas de ellas al parecer infranqueables. Tuve que empujar buena parte del camino y aprender por la experiencia que: si llegó a la cima de las Dunas no se baje a menos que no haya otra forma de continuar. Jijuemadre si es duro andar en esa arena.




Total de las dos horas que tenía para hacer esos 7Km se convirtieron en cuatro. Pero bueno ya estabamos en el Atlántico, Ludmilla y yo. Le tomamos la fotico de rigor, tomamos un segundo desayuno: pan con mermelada y un poco de agua; y como estaba haciendo calorcito y nos lo mereciamos, una bañito biringo en el mar (que lugar más apropiado para bañarse en pelotas que una playa desierta). Nos arreglamos y a las tres de la tarde estoy en Canto de Atins.




Ja, ja, ja. Como me demoré tanto llegando hasta el mar ya la marea estaba en la otra dirección y toda la arena que podría haber sido transitable con la bicicleta no estaba en condiciones, así que como aprendimos en las dunas: 50 pasos empujando, 30 segundos de descanso y hagale pues mijo que pa' lante es pa'ya.

Sol, brisa (viento, mucho viento) y mar y nada que se veia algún rastro de vida en el horizonte. Al medio día paré, hice un poco de estiramiento, me comi una barra de cereal y muy para mi pesar vi que se me estaba acabando toda el agua que llevaba.

Empezamos a empujar de nuevo y vemos en el horizonte dos figuras humanas, ¡Hay gente por acá!, no debo estar muy lejos pensé, empujar siguiendo las dos figuras.

Cuando casi les daba alcance tuve que atravesar un riachuelo que parecia inocente y tierno, pero mentiras justo cuando estaba en la mitad un banco de arena atrapó a Ludmila y tuve entonces que desmontar buena parte de las maletas y darme mañanas hasta que pude sacar la bicicleta de ahí, descansar un poco ajustar la bicicleta (se había safado una de las parrillas) y ¿dónde era que estaban esas personas?

Nada, se habían desvanecido.

Dándome un poco de ánimos pensé que si me llevaban media hora y ya no se veian por ahí eso quería decir que no podía estar a maś de una hora de camino de algún lugar habitado. Tenia razón pero no de la forma en que yo esperaba.

Continue empujando, pasaban las horas, el agua ya casi se había terminado del todo, tenía hambre y ya me estaba viendo durmiendo solo en la carpa junto a la playa y comiendome la lata de atún que guardo para condiciones extremas. Pero no ya a las cuatro de la tarde llegué en un punto de la playa en la que las opciones eran continuar empujando hasta las 5.30 y acampar o parar y pedir alojamiento en una cabaña de pescadores que se veia a lo lejos.

Opción dos, vamos a ver que pasa.

De lejos parecia que sólo habían dos personas, pero a medida que me iba acercando fueron saliendo más, seis en total y la verdad me dió un poco de miedo. Estaba tan lejos de todo y si ellos quisieran realmente robarme o algo no habría nadie que se interpusiera. Pero nada, temores infundados y muchas películas gringas de pueblos texanos dónde sólo vive gente despiadada.


Me ayudaron a empujar la bicicleta hasta la casa, me dieron agua y un poco de pescado. Hablamos se rieron un poco de mi y mis aventuras en la arena y como no tenían luz ni nada nos acostamos a dormir temprano (a penas se ocultó el sol). Algunos de ellos se levantaron más tarde para ir a recoger las redes y volvieron casi a la madrugada. Todo fué tan chévere, nada de ruido, todo tranquilo, una vida dificil, por que les toca trabajar muy duro, pero simple, sencilla y hermosa. Con ellos aprendí un poco sobre la marea, sobre la manera de pescar de por acá y de lo dificil que se está haciendo vivir de esa manera debido a la falta de acción de los organismos estatales en la regulación de pesca con grandes embarcaciones.

Al otro día asistí a la caceria del ratón que los estaba hacediando desde que llegaron acá, lograron encontrarlo. Fui con algunos de ellos por un poco de agua, desayuné me alisté y listos para continuar la jornada. Me acompañoron hasta la playa y hágale pues mijo.

 

Santo Amaro - Quemada Dos Britos

2 min read

Me levanté temprano para arreglar todas las cosas de la bicicleta y estar puntual en la posada de los Franceses (eran Franceses), pero antes habia que ir pa a la plaza del pueblo por el desayuno: Jugo de Bacurí y tapioca!.

La Toyota llegó a las 8.30, montamos la bicicleta y nos acomodamos. El viaje hasta la Quemada no es muy largo (en Toyota) pero es muy bonito, las dunas gigantescas y las lagoas le transmiten a uno esa sensación de que uno es tan pequeño ante la inmensidad de la naturaleza. Un par de paradas para las fotos de rigor y los baños en las lagunas.



Un buen almuerzo maranhense: gallina caipira, arroz, fríjoles, pasta y ensalada y la siesta de rigor post almuerzo.

Con los franceses, la familia Barthouil, hablamos poco debido a las barreras del lenguaje, aunque dos de ellos hablaban portugues (una de las muchachas y el novio que estaban trabajando en Brasilia por un año y pico) y el Papá hablaba español (pues viven cerca de España y además tienen una nuera de Cáli) como la mayoria hablaba frances se terminaba hablando francés. En todo caso ahí pudimos hablar un poco y a la final intercambiar direcciones de contacto. Fué muy afortunado encontrarme con ellos pues si no todavía estaría esperando en Santo Amaro para salir hacia la Quemada, muchas gracias a ellos por todo, no solo por la 'Carona', sino por la comida, ellos pagaron todo. Ojalá un día se animen a ir a Colombia y puedan conocer todas las cosas buenas que nosotros también tenemos para mostrar.




Ya mañana habré de enfrentarme a las dunas. Ya veremos como me va.