Estado de Brasil: Bahía
Tiempo pedaleado: 04:00:47
Kilómetros recorridos: 10.53
Tiempo total pedaleado: 388:33
Kilómetros total recorridos: 4293.94
Como de nada me valía salir tan temprano pues la marea estaba alta, hice roña. Me levanté tome fotos del amanecer, me bañe y esperé a que Rafael se despertara para desayunar. Ahí hablamos un rato mas y Camila otra amiga del grupo recordó que yo le había dicho que tenía un problema en el cuello y como ella es Terapeuta y hace masajes...
Luego del desayune tuve una sesión como de 45 minutos, al final estaba como nuevo, pero la partida que estaba planeada para las 8.00 se había convertido en las 10 de la mañana.
Con pena termine de alistar las cosas, tomamos la foto de rigor y salí a pedalear directamente por la playa.
La dicha no duro mucho, luego de un punto la arena era demasiado gruesa como para que con ayuda del agua tuviera la consistencia adecuada para soportarnos a mi y a Ludmilla.
La solución: empujar.
Empujar, empujar, empujar. Como había salido tan tarde se me pasaron las horas y cuando llegué finalmente a la barra dónde se tomaba la canoa para atravesar el río ya eran las 2.30 de la tarde.
Crucé, busque un sitio para almorzar, y como ya era tan tarde decidí que mejor tomaba el barco que zarpaba de aquí y así podía adelantar un buen trecho (por aquello de que queremos llegar a Río para el carnaval, ¿Recuerdan?).
El barco zarpaba a las 3.30 y media y eran las 3.00, había pedido una muqueca para almorzar y tuve apurar a la cocinera (acá á en la Bahía las cosas generalmente se toman su tiempo, hoy yo no podía esperar). Almorcé rápido y fui a embarcar.
Esta vez a diferencia de tantas otras, primero había que montar a Ludmilla en una lancha inflable que lo llevaba a uno hasta el barco y ahí si abordar.
Montar a Ludmilla en la lancha no tenía lío, el lío era de la lancha al barco, el mar estaba batiendo fuerte y el vaivén dificultaba las cosas. Varios miembros de la tripulación tuvieron que ayudar.
Pero para cuando Ludmilla ya casi estaba dentro del barco, para sostenerme en la lancha luego de que una ola batiera contra el barco, puse la mano en la borda segundos antes que por efecto de la misma ola apoyaran a Ludmilla en la misma baranda. El resultado uno de los dientes del plato mas grande me perforó la uña del dedo corazón de la mano izquierda.
El madrazo de rigor para aliviar el dolor, sangre por todos lados y abordar. Ahí con el botiquín del barco me hicieron una curación, me dieron una aspirina para el dolor y a dormir. El viaje duraba tres horas.
Ludmilla me cobró así haber hecho trampa en este tramo. Prometo no volverlo a hacer (por lo menos prometo mantener mis manos alejadas de lo dientes de Ludmilla si me vuelvo a montar en otro barco de la misma forma).
Llegamos, busqué una posada (había un camping, pero digamos que hoy no tenia mucha disposición de armar una carpa con el dedo chorreando sangre), me hice una segunda curación y me fui a buscar un 'hot spot' de wi-fi en un café por ahí.
Es increíble los contrastes que uno se encuentra por acá. Cumuraxitiba es un pueblo supremamente pequeño, pero por suerte del turismo tiene dos o tres locales que no tienen nada que envidiarle a uno de alguna capital. Uno de esos es 'Gelato Café', un café al estilo Juan Burgués, digo Juan Valdez, con buenos cafés, buena música (un concierto de Gilberto Gil y otro de Diana Krall me amenizaron el rato), buena comida e Internet.
Me relajé luego del estrés de la machucada del dedo y luego me fui a ver House, estoy en los inicios de la cuarta temporada.
Mañana habrá que cubrir mas distancia (lo que me faltó hoy mas lo que tengo planeado).