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Caraveiras

2 min read

Hice un poco de pereza, organicé las cosas por si acaso Alexandre me decía que debía mudarme, fui a desayunar y luego fui en búsqueda del lugar dónde habíamos quedado de encontrarnos.

Nos encontramos en frente de 'Bikeshop', ahí Alexandre y otras personas estaban recibiendo las inscripciones para un paseo ecológico en bicicleta que iba a ser el domingo 31. Desafortunadamente no puedo quedarme hasta esa fecha pues tengo que continuar el viaje.

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Hablamos un poco y luego fuimos dónde el mecánico para arreglar las cosas que Ludmilla tenia chuecas: Un radio roto, centrar las ruedas y ajustar los frenos.

Hablamos de otras formas de apoyo (Alexandre no podía recibirme en su casa), quedé de pasar por un periódico local para una entrevista y luego me fui para Cannes bike otra tienda de bicicletas indicada por Alexandre dónde podrían ayudarme a conseguir un lugar para usar Internet sin restricciones de tiempo ni necesidad de pagar.

Volví a la posada a recoger el portátil y almorzar, fui al periódico y el periodista no estaba, así que dejé mis datos y luego fui a Cannes Bike, ahí Vinicious me llevo a un local al lado, el proveedor local, dónde después de algún rato tratando de configurar mi IP pude trabajar sin problemas.

Mañana el barco hacia Belmonte sale a las 6.00 de la mañana así que tengo que dejar todo listo ahora para sólo tener que levantarme y salir.

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Ilhéus - Caravieras

3 min read

Estado de Brasil: Bahía
Tiempo pedaleado: 07:36:45
Kilómetros recorridos: 115.4
Tiempo total pedaleado: 374:32
Kilómetros total recorridos: 4145.39

No tenía ganas de levantarme, simplemente amanecí cansado.

Pero nada hay que continuar pedaleando, a eso fue a lo que vinimos ¿no?. Alisté mis cosas, me bañe, todo muy despacio como para dejar que las baterías se me fueran cargando (la noche anterior había olvidado dejar cargando el celular).

Salí casi a las 6.30 y a pesar de que sabia que iba para asfalto no le cambié los zapatos a Ludmilla. Iba a sufrir si, pero ese sería el precio por mi pereza.

La salida de Ilhéus es subiendo una loma, atravesando un puente y luego una carretera paralela a la playa que me recordó la salida de Aracajú, luego gira a la derecha y hay árboles al lado y lado de la carretera desierta. Solo Paz.

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Llegué a Olivença a las 8.00 en punto, bajo una de mis ahora conocidas lluvias de verano, cómo estaba lloviendo fuerte y yo no había desayunado paré en una panadería a escampar y a desayunar. Un bolo de tapioca y dos jugos de copoazu fueron mi compañía durante la media hora que duró la lluvia.

Continué pedaleando y exactamente luego de pasar el aviso del 'Km 30' empezó a caer otro palo de agua. La carretera estaba desierta, seguí pedaleando otro tramo hasta que encontré un aviso de un restaurante entré y escampé en la caseta del celador que estaba desocupada. Otra media hora. Es curioso como funciona el cuerpo, mientras estoy pedaleando cualquier tiempo muerto mi cuerpo entra en 'modo ahorro de energía', me quedo adormilado semiconsiente y luego otra vez listo para continuar.

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De ahí para adelante no más lluvia pero si algunas lomas antes de llegar a Una, ahí busqué dónde almorzar, tomé una siesta y luego fui a una 'lanhouse' para ver si la persona de Caraviera me había escrito y para cargar el celular.

Si había escrito pero nada concreto, así que le mandé mi número celular y me dispuse a pedalear me faltaban 55Km y ya eran las 2.30.

Un par de lomas mas y luego algunos trechos planos hasta llegar a la entrada del municipio: Caravieras 18Km. Eran casi las cinco cuando llegué ahí. Colocarle la luz trasera a Ludmilla y continuar. Llegue cuando ya el sol se estaba poniendo. Me metí al primer dormitorio que encontré, que por fortuna tenía un precio razonable, y luego fui por Internet y por comida.

Mañana me voy a quedar acá, voy a llevar a Ludmilla al doctor, se le quebró otro radio, y voy a encontrarme con la persona de acá, tal vez me pueda quedar en su casa una par de noches, lo que necesito para cerrar unas cosas de trabajo y planear lo que me resta del viaje.

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¡Me quedan 14 días para llegar a tiempo para el Carnaval!

 

Itacaré - Ilhéus

2 min read

Estado de Brasil: Bahía
Tiempo pedaleado: 06:35:37
Kilómetros recorridos: 79.49
Tiempo total pedaleado: 366:56
Kilómetros total recorridos: 4029.99

Me levanté temprano y alisté todo, fui por el desayuno a una panadería cercana y me dispuse a pedalear.

Desde el primer kilómetro la cosa estaba como dura, una subida grande antes de salir de la ciudad y luego varios columpios. La verdad hoy no había amanecido con mucha disposición, así que cualquier obstáculo se multiplicaba por diez.

Sube, baja, sube, baja, así fueron varios kilómetros; hasta que no pude más, paré a tomarme un coco al lado de la carretera justo en el valle entre dos laderas. Charlé un poco con la señora, y un coco se convirtieron en dos. Aproveché para echarle grasa a la cadena que ya estaba chillando y dormí un poco como para aclarar la mente. Media hora después ya estaba listo de nuevo para pedalear.

Las subidas continuaron hasta llegar a Serra Grande, que no se llama así de casualidad. Ahí almorcé y luego continué. Fue tan chévere cuando después de una ladera en la siguiente curva a lo lejos se veía una bajada y una playa laarga. ¡Ya no había más subidas!

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Y ahí si, como dice Luis: Bajando hasta las piedras ruedan.

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Aproveché el impulso y luego seguí pedaleando fuerte hasta llegar a Ilhéus. Llegue como a las tres de la tarde. Busqué un Internet para ver si alguien de las personas que había contactado me había contestado (tristemente no) y luego a buscar posada. Encontré una aceptable en el centro. Luego lo de siempre, ir por comida, nuevamente a Internet y volver a la posada para descansar.

Por cierto hoy Ludmilla completó 6061Km y yo 4029Km acá en Brasil. Ya falta poco, ya falta poco.

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Barra Grande - Itacaré

4 min read

Estado de Brasil: Bahía
Tiempo pedaleado: 05:53:41
Kilómetros recorridos: 50.71
Tiempo total pedaleado: 360:21
Kilómetros total recorridos: 3953.5

Me desperté a la hora de siempre e inicié mi rutina de campamento: primero bañarse, luego organizar las maletas y por último desarmar la carpa. Sólo que cuando iba a alistar la ropa para bañarme descubrí para mi sorpresa que la pantaloneta de ciclismo (que me había regalado mi Mamá y por eso tenía un valor sentimental para mi) que había dejado colgada en la cerca junto con mi otra ropa había desaparecido. ¡Se la robaron!. Me dio tanta rabia, por un momento con quién sea que se la haya llevado, después conmigo por no cumplir el décimo primer mandamiento: No dar papaya.

Pero como igual ya no había nada que hacer, pues respirar profundo y alistar otra pantaloneta.

Organicé todo y estaba listo a las 6.30, un poco, mejor: demasiado tarde. Sin embargo TENIA que salir, ya no tenía más ganas de quedarme ahí.

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La marea ya se estaba llenando pero de todas formas tenía unos buenos tramos dónde se podía pedalear. Conseguí avanzar 10Km pedaleando hasta que la marea subió totalmente. Afortunadamente llegué hasta una 'barraca' construida por una familia que tiene una casa al lado de la playa, ellos estaban ahí con los niños disfrutando del sol de la mañana.

Charlamos un poco, me dieron un coco helado como presente y ahí me quedé esperando que fuera el medio día (llegué a ese lugar a las 9.00).

Dejar pasar el tiempo y ver como lentamente el mar le iba cediendo el paso a la tierra. Una hora, dos horas, se pasaron al mismo tiempo demasiado lentas, al mismo tiempo rápidas. Cerca del medio día aparecieron por una ladera contigua dos viejitas de Estocolmo que estaban buscando una laguna famosa que quedaba cerca, no les pude ayudar mucho, yo ni sabía que existía, pero igual fue bonito verlas bañarse tímidamente en el mar y prepararse para continuar su caminata. Me recordaron a mi abuelita.

Luego de que ellas se fueron esperé unos 15min mas y alisté mis cosas y salí, ya estaba mamado de esperar. No había caso había que empujar. Poco más de 10km hasta llegar hasta un poblado llamado Arandis. Ahí paré para almorzar, recargar baterías y seguir.

De ahí hasta Itacaré me faltaban 30Km y ya eran las tres de la tarde.

La playa parecía una autopista y felizmente estaba desierta, las únicas huellas sobre la arena eran las de Ludmilla.

Llegue al lado del río justo al mismo tiempo en que el sol se estaba poniendo y pude cruzar el río sin problemas, la última canoa estaba esperando ahí a unas personas que se estaban tomando unas cervezas.

Busqué un lugar dónde quedarme, pero Itacaré es como un Morro de Sao Paulo, un lugar de muchas posadas pero todas caras. Al final me indicaron un 'albergue' dónde supuestamente era mas barato. Como ya veía que no iban a bajar mucho el precio terminé proponiendo que dormía en un hamaca y que me dejaran usar el baño.

Fui a buscar Internet, comí algo y volví para acomodar mis cosas y disponerme a dormir. Cuando entré y el encargado me vio alistándome para la hamaca y en vista que la habitación que me había ofrecido estaba vacía me dijo que podía dormir ahí.

Con alegría metí todos mis aparatos eléctricos, los conecté para cargarlos y me quedé dormido, totalmente descerebrado hasta el otro día.

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Barra Grande

2 min read

El desayuno lo empezaban a servir a las 7.00 de la mañana, así que me levanté un poco más tarde de lo normal. Me puse a mirar cosas en Internet, a ojear la guía de playas que me regalaron la pareja de Sao Paulo.

El desayuno estuvo bastante bueno, volví al cuarto para terminar de organizar las cosas y me dio un ataque de ansiedad, me di cuenta que ya me quedaba poco dinero y no sabía como iba a sustentar lo que resta del viaje, mejor dicho si sabia, sólo que el dinero con el que 'dispongo' esta en cartera y no lo voy a tener sino hasta fin de mes.

Con todo y todo terminé saliendo a las 9.30 para tomar el ferry de las 10.00.

El ferry dura casi dos horas en ir desde Camamu hasta Barra Grande, aproveché el tiempo para leer un poco y pensar.

En Barra grande me dejé llevar por uno de los 'guías' que siempre hay en los puertos hasta un camping cercano, pues aunque (mas bien por que) Barra grande no esta muy urbanizada, el precio de las posadas es alto (para un cicloturista). El camping estaba bien y el precio aceptable (R$20).

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Armé la carpa, lave toda la ropa sucia que tenía y salí a caminarme las playas. Simplemente hermosas.

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Volví para bañarme, buscar un café internet y preguntar sobre la marea para ver a que hora podía salir.

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El internet, carísimo (R$4), y sobre la marea tenía dos opciones: salir a las 3.00 de la mañana o salir a las 2.00 de la tarde.

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Yo opté por la primera opción, aunque claro no iba a levantarme a esa hora, era claro, estaba muy cansado. Me fui para mi carpita, vi un par de capítulos de House y me quedé dormido.

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Igrapiuna - Camamu

3 min read

Estado de Brasil: Bahía
Tiempo pedaleado: 01:15:02
Kilómetros recorridos: 18.33
Tiempo total pedaleado: 354:28
Kilómetros total recorridos: 3902.79

Amaneció lloviendo y como el trayecto del día de hoy era corto me tomé mi tiempo para salir. Desayune, organicé algunas cosas en el computador, esperé a que una ropa que había lavado se secara.

Salí como a las 10.00 de la mañana, la misión era llegar a Camamu, preguntar como llegar hasta la península de Maraú y buscar un hospedaje con internet preferiblemente (tenía una cita de trabajo ;)).

Llegué a Camanu al medio día, hacia mucho calor y por alguna razón que no se precisar yo estaba de mal genio. Tal vez era la ansiedad, ya se me está acabando el dinero y todo por acá es cada vez más caro, la comida, el hospedaje... la temporada alta que llaman.

Al final encontré un lugar con las características deseadas (nada barato, claro) y fui a almorzar. En el centro de artesanías me encontré con un argentino que se quedó mirando la camiseta que me regaló Fabricio, la del hombre y la evolución en la que el último eslabón es el hombre montando en una bicicleta, charlamos un poco de su viaje, del mio, me dio el nombre de un documental que tenía que ver: "The return of the scorcher" y luego se fue por que el colectivo que estaba esperando ya había llegado. Luego fui a almorzar al restaurante que había ahí al lado y como las mesas estaban llenas, pedí permiso a una pareja de muchachos para acompañarlos, luego por la misma camiseta, nos pusimos a hablar. Eran de Sao Paulo y estaban recorriendo las playas del sur de la Bahía, intercambiamos contactos, me regalaron una guía de playas dónde están los mapas detallados de acá hasta Rio y se fueron para Barra Grande, mi próximo destino también.

Luego al hotel a subir algunas fotos, esperar encontrarme con la persona que me había puesto una cita y a descansar.

Quién sabe si mañana pedalee, puede que me quede en Barra Grande, dicen que es bien chévere.

 

Gamboa/Morro - Igrapiuna

7 min read

Estado de Brasil: Bahía
Tiempo pedaleado: 06:47:18
Kilómetros recorridos: 83.17
Tiempo total pedaleado: 353:13
Kilómetros total recorridos: 3884.46

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Me levanté casi a las cinco, me bañe y me puse a desmontar el campamento paso a paso (hace raaato que no hacia esto), primero sacar a Ludmilla de su compartimento, luego sacar las maletas, limpiar un poco la sobre carpa de polvo y bichos, limpiar el interior de la carpa para sacar un poco la arena, quitar estacas, doblar los tubos, doblar y organizar todo.

Desayunar, empujar la bicicleta hasta el puerto, y ¡nos juimos!

Unas personas empezaron a alegar por que el barco estaba tardando en salir y el capitán respondió que las personas de Morro (el barco pasa por allá primero) no tienen privilegios, que el barco tiene su horario de salida en Gamboa y que si tenía mucho afán que se fuera nadando (esto último no lo dijo pero lo dio a entender). Entonces un abuelo empezó a hablar con otro pasajero sobre como a veces se arman problemas grandes por nimiedades, luego criticó el sistema de transporte Valença-Gamboa-Morro, luego habló de la simplicidad y de dejar las apariencias a un lado, habló de barcos, de quillas, de pescas a mar abierto de peces que pesaban 800Kg.

Y escuchando toda esa charla se me pasó el viaje, cuando menos me di cuenta y ya habíamos llegado al puerto, bajamos a Ludmilla y cuando me fijé bien estaba en 'otro terminal', que claro queda en la 'municipalidad' de Valença, pero que en realidad queda a 20km del centro de la ciudad, que fue desde dónde cogí el barco el otro día. Pero nada, el barco igual no iba más allá, así que a pedalear se dijo.

Cuarenta y cinco minutos después estaba en el centro de Valença buscando la salida hacia Ituberá, en Ituberá me dijeron hay una cascada muy bonita que vale la pena ir a ver. Esperaba llegar allá antes de almuerzo para luego continuar hasta Camamu, pero el calor endemoniado me hizo parar antes para abastecerme de líquido y algunos sólidos.

Luego de tomarme un litro de fresco de açai con guaraná salí de nuevo a pedalear y ¿Qué pasa luego de un par de kilómetros? empieza a caer un palo de agua, una lluvia de verano que llaman los lugareños, me puse el impermeable y seguí adelante, cuando llegué al próximo pueblo vi que estaba empapado todo, las piernas por la lluvia, el pecho y la espalda por el sudor. Guardé el impermeable y seguí, ya estaba a mitad de camino.

Andar por las carreteras de Bahía, estas de esta zona por lo menos, me recuerdan las de Colombia, muchas curvas y sobre todo mucho verde, cuando no están pasando carros se pueden escuchar a los bichos y a los pájaros decirse cosas en lenguas que no entendemos.

Finalmente llegué a Ituberá, había decidido quedarme aquí, así que iba ir a bañarme en la cascada y luego volvería para buscar un sitio dónde descansar. Pedí indicaciones y continúe. La cascada queda a 6km adelante del pueblo entrando por una destapada.

Entre por el camino, la tierra estaba húmeda y a pesar del peso de Ludmilla se andaba bien. A mitad del camino descubrí que el parque estaba patrocinado por Michelín como una acción de RSE y un par de metros más adelante...

Pssssss, me pinché. Técnicamente el primer pinchazo de todo el viaje (en Sao Luis lo que había pasado era que había puesto la manguera inadecuada para la llanta).

Seguí un par de metros hasta encontrar un claro, desmonté las maletas, saqué la manguera de la llanta encontré el hueco, puse el parche y cuando estaba montando todo de nuevo, pasó un camión. El señor me ofreció su compresor para inflar la llanta, oferta que no reusé, empezamos a echar aire... ya señor, paf! explotó la manguera.

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Ahora no había caso había que desmontar todo y cambiar la manguera. Cuando estaba en esas descubrí que era lo que había pasado: (irónicamente) mi llanta Michelín, se había vencido en uno de sus bordes, cuando el señor echó el aire el aro empezó a hacer presión sobre la manguera hasta que la reventó. Esa fue la razón de la pinchada, esa fue la razón de la explosión.

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Mi primera llanta damnificada, justo hoy que pensaba que ojalá todo el equipo me durara todo el viaje. Le faltó poco eso si.

Sacar mi llanta doblable de emergencias, montar todo de nuevo, inflar la llanta hasta dónde pude( no sé que pasa con mi bomba de aire infla la llanta hasta un punto y de ahí para adelante es como si no entrar más el aire) y cuando me monté de nuevo no completaba el pedalazo. Y cuando voy a verificar: un diente e la cadena se había roto. Grrrrr.

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Respirar profundo, empujar la bicicleta lo que quedaba de camino, dejarla en el parqueadero ir a bañarme en la cascada para, por un lado justificar la ida, por otro lado relajarme un poco y luego volver a dármelas de mecánico.

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Menos mal el 'Bacan', el doctor de Ludmilla en Bogotá, me había dado un par de eslabones de cadena 'por si acaso', quité el que se había roto, lo cambié por uno de los de repuesto y ¡eureka! quedó todo bien. Luego aprovechando el desorden y que en los próximos días espero pedalear por la playa cambié las llantas de la bicicleta, va a ser un poco más duro pedalear en el asfalto, pero bueno.

Otra vez no pude inflar del todo las llantas, pero igual ya estaba muy tarde, me fui así, despacito hasta salir de nuevo a la carretera y luego de ahí seguí hasta el próximo pueblo: Igrapiúna. Ni siquiera lo había notado en el mapa. Busqué un lugar para inflar las llantas y luego dónde dormir y dónde comer.

Nuevamente al llegar a la posada y tocar cama quedé descerebrado. Me nos mal como Camamu no queda a mas de 20km de acá mañana puedo hacer roña.

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Morro de Sao Paulo

5 min read

Me desperté temprano como de costumbre, así que mientras iniciaba a bajar la marea organicé un tendedero con una cuerda que encontré por ahí, lave un par de cosas, desayuné y me dispuse a caminar.

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Gamboa es más grande de lo que había pensado, camino hacia Morro de Sao Paulo tiene otro par de playas y varios hoteles/posadas, que por su infraestructura claramente estaban fuera de mi presupuesto. Al final de las playas hay un montaña con un acantilado que da al mar, hay que pasar entre las piedras un buen trecho y luego pequeños islas de arena hasta llegar a Morro.

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Morro es como un Cartagena en miniatura (guardando las proporciones claro esta), la estructura externa es parecida a la del Castillo de San Felipe, esta el puerto y un portón grande en piedra. Entre por el ladito y agradecí mi decisión de haberme quedado en Gamboa, muchos turistas por acá y además, se me había olvidado que lo había leído, hay que pagar un impuesto para entrar; entrando por tierra no se tiene que pagar nada, ja ja.

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El centro de la ciudad como lo había leído en wikitravel esta lleno de posadas, literalmente una al lado de la otra, mucho comercio y restaurantes, son el peaje para por llegar hasta las playas.

La primera y segunda playa son dónde se la pasan todos los turistas, son de aguas cristalinas y están encerradas por algunas rocas que hacen que no hayan olas y parezcan piscinas.

En la tercera queda un 'parqueadero' de barcos y varios restaurantes y posadas, menos gente.

Y la cuarta y la quinta son tan pandas en marea baja que a duras penas se puede uno cubrir el cuerpo con agua. Sin embargo son tranquilas y tienen zonas en las que uno puede caretear sin problema.

No se cuando caminé exactamente pero fue bastante tiempo para recorrer desde la primera hasta la última playa, en un momento del paseo pensé en que Morro sin ninguna duda sería un lugar para recomendar para una luna de miel.

Almorcé un plato feito, barato teniendo en cuenta los precios a la redonda, y cuando iba pasando por la segunda playa me encontré con las chilenas que había acompañado el otro día al barco que venía hacia acá. Charlamos un poco y luego yo seguí mi camino pues ya eran las 4.00 de la tarde y la marea estaba subiendo, si me daban las 5.30 y no había pasado los acantilados, iba a quedar atrapado ahí con la cámara y el celular.

Apuré el paso, llegué al puerto y empecé a caminar, no había avanzado cien metros cuando ya tenía el agua casi en las rodillas, la marea sube mucho más rápido de lo que baja; ponerse la mochila al hombre y a caminar lo más rápido que se pudiera, pasé un grupo de muchachos que iba adelante, me encontré con una parejita y les avisé que era hora de empezar a caminar y poco después en un lugar en que el agua me llegaba casi a la cintura por voltear a mirar si la parejita había empezado a caminar, confundí una sombra con una piedra, me tropecé y caí. La maleta se alcanzó a mojar un poco, pero lo realmente triste fue que me raspé la pierna derecha en tres puntos. Pero nada había que continuar, avancé rápido y alcancé a llegar sin problemas a las playas de Gamboa, de ahí para adelante ya no había problema.

Me bañe, me hice las curaciones respectivas y muy sabiamente me refugié en la carpa en la hora de los zancudos. Los zancudos de acá son súper agresivos, desde el interior de la carpa vi algunos, literalmente, agarrarse en el mosquitero e intentar una y otra vez meter su pico entre los huecos de la red tal cual zombies en busca de cerebros.

Ya pasado 'el peligro', me puse un pantalón (por prevenir no más) y fui a buscar comida. Dos pasteles, una guaraná y un jugo fueron mi cena. Compré un par de frutas para el desayuno, volví al campamento dispuesto a ver más capítulos de House y cuando me metí en la carpa, puff quedé descerebrado. Me desperté como a las 2.00, me voltié para el otro lado y esperé a que sonara el despertador.

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Salvador - Gamboa/Morro

2 min read

Estado de Brasil: Bahía
Tiempo pedaleado: 06:43:04
Kilómetros recorridos: 104.59
Tiempo total pedaleado: 346:26
Kilómetros total recorridos: 3801.29

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Me levanté temprano, monté todas las cosas en Ludmilla y me fui para el puerto a coger el ferry. El viaje es corto, 45min y luego de llegar a Itaparica a pedalear se dijo.

La primera etapa hasta Nazaré eran 61Km, que los hice antes del almuerzo. En Nazaré conocí a Marcos un brasilero que también le gusta viajar en bicicleta intercambiamos contactos y continúe el viaje hasta Valença.

El último trecho no estuvo tan fácil por que recibí la visita de un viejo amigo, el viento en contra, que me hizo la vida más complicada el resto de la tarde.

Llegué a Valença a las cuatro y me fui directamente el puerto, compré mi pasaje, monté a Ludmilla en el barco y luego me fui por un helado y un par de jugos, tenía mucha sed, y por estar charlando con la señora de los jugos casi me deja el barco; me tocó saltar cual pirata para que no me dejaran.

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En el barco charlé con un par de muchachos y me recomendaron (también había escuchado esa recomendación en Salvador) no ir directamente hasta Morro sino parar en un pueblo cercano que se llama Gamboa, de ahí hasta morro son 20min caminando por la playa y todo es más barato.

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En Gamboa busqué una posada, pero no encontré nada realmente barato (tampoco busqué mucho es la verdad), así que resolví ir para un camping y pagué $R30 por dos noches (las posadas cobraban $R40 la noche).

Armé mi 'barraca', me acomodé lo mejor que pude, realmente una carpa de una persona es muy pequeña cuando necesitas dormir junto con el equipaje Y la bicicleta, busqué algo de comer y luego volví para verme un par de capítulos de House antes de dormir.

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Mañana habrá que darse el vuelto a la isla a pié.

 

Salvador

3 min read

Me levanté temprano a ojear en internet si Araiz, una amiga española que conocí en Manaus y que ahora esta en Salvador, me había escrito y mientras estaba en esas conocí a dos chicas chilenas que estaban en el hostal y que salían con destino a Morro de Sao Paulo. Les ayudé a buscar información de como llegar (y de paso averigüe para mi pues yo también quiero ir allá), desayunamos juntos y luego las acompañe hasta el Catamarán.

Para llegar a Morro de Sao Paulo hay dos opciones: la primera, tomar un Catamarán, que básicamente es una lancha grande y rápida que lo lleva a uno directamente desde Salvador hasta la isla, cuesta $R75 y demora 2h en llegar, no recomendable para personas con el estómago sensible, el Catamarán va muy rápido y las estadísticas dicen que el 70% de las personas vomita. La segunda, la adecuada para mi, es tomar un ferry ($R 3.50 persona, $R10.50 bicicleta) hasta Itaparica y de ahí montarse en moto/carro/bus/bicicleta e ir hasta un pueblo que se llama Valenca, para luego de ahí tomar un barco hasta la isla ($R7.50).

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Luego di una vuelta rápida (llovía y la mañana se me estaba pasando muy rápido) por el mercado del centro y la parte del Pelorinho que no había visto.

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Intenté comunicarme infructuosamente con Valci y resolví ponerme en contacto con Paulo, pasé por su trabajo y de ahí fuimos a un taller que quedaba cerca para descubrir que el mecánico no había ido hoy. Problema, los demás talleres estaban básicamente al otro extremo de la ciudad, intentamos llamar a otros amigos de el a ver si conocían algún taller más cercano y al final resolví comerme un 'lanche' e ir hasta allá, estaba perdiendo tiempo valioso.

Salimos con Ludmilla en busca del taller, nos perdimos, pero igual encontramos el taller serendipitosamente.

Ahí conocí a Aldemir, una de esas personas que se nota que hacen su trabajo con amor, quién mientras cambiaba el radio roto, le cambiaba el aceite a la manzana trasera de la bicicleta y le cambiaba los pedales a Ludmilla me contaba su visión sobre la bicicleta y su viaje extremo de Salvador a Aracajú en un día. ¡Un día! 345Km en un día.

Me explicó, que esa era su manera de hacer 'reset' a la rutina, que mientras hace ese tipo de desafíos aprende apreciar realmente la vida, estás exigiéndote físicamente al máximo.

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Pasar a despedirme de Paulo y volver al hostal para descubrir junto con el dueño que el wireless no funcionaba por que tenían los cables puestos al contrario.

Mirar con calma correo, planear el viaje, buscar algo que comer (como recordarán no había almorzado) y a desvelarme como de costumbre un día antes de iniciar una nueva etapa.