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Sibaúma - Praia do Forte

5 min read

Estado de Brasil: Bahía
Tiempo pedaleado: 04:44:41
Kilómetros recorridos: 57.85
Tiempo total pedaleado: 333:53
Kilómetros total recorridos: 3612.13

Casi no pude dormir a causa de los mosquitos y el calor. Cuando me cubría para que no picaran los bichos me daba un calor infernal, cuando me despataba esos jijuemadres camorreros se venían en manada. Lo que más me ofende es que me piquen en los pies, entiendo sus razones ahí tengo la sangre más caliente por causa de la pedaleada, pero sobre todo me ofende que me piquen encima de la picada de otro, no me acabo de recuperar de la picada del pueblo anterior cuando en el siguiente me vuelven a picar exactamente en el mismo lugar, grrrrrr. La cosa fue tan cansona que tuve que colocarme las medias para evitar que se ensañaran con mis dolidos y pobrecillos pies.

Igual me 'tenía' que levantar temprano, me quedaba bastante pista por delante y como quería aprovechar el día en Praia do Forte había que llegar temprano. Desayuné: cuscus, huevos, jugo, café y pan y salí de nuevo a encontrarme con la 'linha verde'.

En el camino había un arco iris tan, pero tan bonito (no sé si lo veía bonito por que estaba tan cerca o por que hace rato no veía uno), quise tomarle una foto pero como iba en subida y no quería perder el impulso me dije a mi mismo: mi mismo cuando lleguemos a la cima de la loma tomamos la foto. Cuando llegué a la cima de la loma el arco iris había desaparecido. La imagen eso si quedó grabada en mi cabeza pero tristemente no la puedo compartir con nadie.

El camino hasta Praia do Forte, prácticamente fue sin novedades, pavimento bueno, una que otra ladera y ya está. Llegué casi al medio día y me encontré con una playa sumamente turística, muchos chalets, muchos hoteles de lujo, muy del estilo de Pipa, lo que sólo podía significar una cosa, mi estadía en Praia do Forte me iba a costar. Terminé quedándome en un hostal por $R33 en cuarto compartido.

En mi cuarto había un par de gringos y un francés: Laurent. Con quién pasé los dos días que estuve por acá.

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Me bañe y luego fuimos con Laurent a por una muqueca en un restaurante casero muy bueno y no tan caro que quedaba cerca del hostal, volvimos, tomé una siesta en una hamaca y luego más tarde salí a dar una vuelta por el pueblo, hablé un rato por teléfono con M. y luego fui a buscar comida de nuevo, un creppe (les dije es un lugar turístico, hay hasta un restaurante japonés) y volví de nuevo al hostal. Me recosté en una hamaca y ahí quedé descerebrado hasta las dos de la mañana, hora en la que mi instinto de preservación me indicó que debía entrar al cuarto y dormir como la gente en una cama. Bendito mi instinto de preservación, a las tres de la mañana cayó un aguacero, tan fuerte que tuvieron que desmontar todas las hamacas de los costados del patio interior de la casa.

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Al otro día fuimos con Laurent a caretear. Hace rato no careteaba y no me acordaba de lo chévere que es. Por primera vez en mi vida vi en vivo y en directo varios animales que sólo había visto en revistas o la televisión: Pescados de colores, babosas marinas, serpientes marinas, lenguados, un pez globo gigante. Mejor dicho: la pa-na-ce-a.

Luego visité el proyecto TAMAR que cumple 30 años en su afán por la conservación de las tortugas marinas, aprendí un poco más sobre estos animales y secretamente deseé estar cerca de una playa de desove la próxima luna llena.

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Almorzar, una siesta, y luego fuimos con Laurent al Castillo D' Avila, el primer castillo medieval de América latina, construido por los portugueses cuando llegaron por estas tierras. Fuimos en bicicleta, tomé unas buenas fotos (creo) por ahí y nos devolvimos junto con otros huéspedes de la posada que nos encontramos allá arriba. A la mitad del camino el descarrillador de uno de nuestros acompañantes simplemente se soltó, así que tuvimos que seguir a pié el último kilómetro.

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Fuimos por unas tapiocas y luego a un bar a escuchar música y tomarnos unas caipirinhas. La música estaba chévere, pero no había mucho ambiente fiestero, por lo menos hasta las doce que yo me fui, había que levantarse temprano al otro día.

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Aracajú - Costa Azul

6 min read

Estado de Brasil: Sergipe - Bahía
Tiempo pedaleado: 06:36:29
Kilómetros recorridos: 105.88
Tiempo total pedaleado: 321:35
Kilómetros total recorridos: 3457.56

Como siempre cuando salgo de un lugar dónde he pasado varios días la ansiedad no me deja dormir, me acosté a las 2.00 de la mañana y me tenía que despertar a las 4.30 para arreglar todo el equipaje y salir a las 6.00.

No lo conseguí, me desperté poco después de las cinco y se me hizo tarde, salí casi a las 6.30, lo malo fue que también demoré a 'Pato' quien tenía que salir para el trabajo a las 6.00 :-/.

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Pero bueno después de salir y tomar la vía litoranea todo fue más fácil. Tenia que apurarme pues como había acordado la noche anterior con Fabricio nos encontraríamos en Porto do Mato para cruzar hacia Mangue Seco. Pedalear directo hasta Mosqueiro y tomar la primera balsa. Da gusto pedalear por acá, las vías están bien pavimentadas, no tienen tanto carro y riiinde.

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Luego de Mosqueiro la carretera fue mucho mejor, como la única fuente de tráfico es el puerto y ahí solo llegan carros cada 45min. uno tiene 45min en los que la carretera es toda suya. Aproveché y puse el turbo para adelantar lo más que pudiera. Probablemente Fabricio atravesaría en la siguiente tanda y yo debería estar lo más adelantado posible.

Pasé por Caueira y Abais como alma que lleva el diablo y entre Abais y Porto do Mato me alcanzó Fabricio, como el iba trabajando el encuentro se limitó a un par de pitazos, el tenía que continuar y yo pedalear más rápido los 10 kilómetros que me faltaban por si acaso alcanzaba a clasificar para pasar con él en la misma balsa.

No lo conseguí, no eran sólo 10km y me demoré más de la cuenta (45min), llegué, pregunté el precio de la lancha: $R70. Así que esperar quién más llegaba a ver si me daban carona. No demoró en llegar una familia, charlé con ellos un poco y listo ya estaba embarcado y camino a Mange Seco.

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Llegando a Mangue Seco caí en cuenta rápidamente que ya era casi medio día, no solo me lo decía el estómago que estaba ya crujiendo por que no le había dado medias nueves, si no la playa que estaba casi llena: la marea estaba subiendo. Me bajé de la lancha, me despedí de mis benefactores que cómodamente iban a tomar un buggy y me fui por lo que quedaba de playa en esa parte parte para seguir hasta el mar (el puerto de Mangue seco queda en la parte del río).

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Empujar un buen tiempo, parar en una 'esquina' y hablar con unos niños que me dieron un poco de agua y continuar empujando hasta encontrar unas viejas amigas: las dunas. Empujar todavía más duro y tras la última duna el mar y las 'barracas' al lado de la playa; ahí me encontré nuevamente con Fabricio y me quedé charlando con el y las personas del paseo que él estaba coordinando mientras veía como el mar se iba comiendo centímetro a centímetro mi autopista hacia Serimbinha. Almorcé y tomé una siesta en una hamaca, había que esperar como dos horas hasta que la marea empezara a bajar de nuevo.

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Salí nuevamente a las tres de la tarde, tuve que empujar un buen trecho (10km), pero luego de las cuatro la playa estaba nuevamente convertida en una autopista. ¡Logré acelerar hasta llegar a una velocidad de 20Km/h!, así da gusto avanzar por la playa. Avancé como 10Km y en medio de la playa encontré un buggy abandonado, hecho que me pareció bastante extraño, pero no le presté mayor atención y seguí adelante, todavía me quedaban poco más de 20km al frente y la luz del sol se estaba acabando. Me rindió bastante, y luego de unos 2km más encontré a los dueños del buggy, era una familia completa (incluida señora embarazada) y llevaban un par de horas caminando, el buggy se varó. Me pidieron que fuera hasta el próximo poblado: Costa Azul (dónde igual pensaba quedarme) y le avisara al dueño del buggy para que viniera a buscarlos.

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Aceleré un poco más y media hora llegué hasta Costa Azul (estaba bastante lejos). Ahí encontré el dueño del buggy y le conté lo sucedido, el señor se fue y yo me quedé charlando, o más bien escuchando charlar esperando a que llegaran. Mientras esperaba me ofrecieron un par de bananos y una papayita que acepté con gusto. Luego como de una hora volvieron, las señoras estaban mamadas y los señores discutían sobre quién y como iba a pagar el daño del carro. Como esa discusión no era mía, me fui discretamente a buscar una posada, mejor dicho a buscar la posada, por que no hay sino una.

Un cuscusito y un café y a la camita!

Por cierto, ¡Ya estoy en la Bahía!

 

Acarajú

1 min read

Ya el último día en Aracajú solo restaba organizar las cosas para el otro día. Pasamos del día en casa descansando del fin de semana.

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Cómo ya estaba cansado de mi bronceado arcoiris (amarillo en el pecho, casi negro en los brazos y café en las manos) le pedí a Fabricio que me ayudara a conseguir unos "manguitos", o protectores de brazos, o como se llamen. Por allá preguntando a alguien que conocía a alguien finalmente los conseguimos. Por ahora evitaremos recibir sol mientras se me empareja un poco el color.

Gracias a Fabricio y a Domingos por la hospitalidad en Aracajú.

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Barra de Tabatinga - Pipa

3 min read

Estado de Brasil: Río Grande do Norte
Tiempo pedaleado: 02:42:18
Kilómetros recorridos: 22.19
Tiempo total pedaleado: 251:22
Kilómetros total recorridos: 2513.53

Casi que no salgo de la casa en Barra de Tabatinga, me acosté muy tarde terminando la primera temporada de House y me desperté casi a las ocho.

Preparar el calentado de feijoada como desayuno de campeones, lavar la losa, organizar las maletas, bañarse, verificar que esté todo en orden y salir.

Salí de Barra de Tabatinga a las diez de la mañana, afortunadamente el cielo estaba un poco nublado y el sol no estaba tan fuerte.

Tomar la carretera hacia el sur y dar pedal para llegar a Pipa al medio día, tenía que buscar un café internet para ver si la persona que me iba a recibir aquí me había escrito algo.

Pedal, pedal y llegamos al aviso: Balsas para Pipa 4181691300_1089a056ae.jpg

No tan bien, al girar hacia la izquierda un par de viejas conocidas, una dunas de arena blanca y la playa. Una fiesta para la que Ladilla y yo no estábamos preparados el día de hoy. Cambiarse las zapatillas de ciclismo por las chanclas y pa' lante es pa' allá.

Empujar, empujar y tratar de descubrir esa tonalidad en la arena que nos dice que se puede uno montar en la bicicleta. Afortunadamente con la experiencia de las Lençois ya tengo técnica en esto de la empujada, así que avancé a buena velocidad: 5Km/h. durante un buen trecho, hasta que... ¡ahí estaba ese color que nos decía que podíamos pedalear!.

Pedal, pedal, pedal, viento lateral, playa, playa, playa hasta que al fin la fondo se veía la balsa que estaba esperando por nosotros.

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Pagamos, pasamos al otro lado, una playa muy bonita y a buscar la 'Lan House', ¡nos habían escrito!, pero no nos habían dado datos de contacto :(, buscar dónde almorzar y descubrir que aún no habíamos llegado hasta Pipa, así que recargar los tanques de agua y a la ruta de nuevo.

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Y finalmente, Pipa.

Un poblado con una calle laaarga lleno de comercio y posadas costosas, turistas por acá, turistas por allá, recorrer el pueblo dos veces buscando un café internet para ver si me habían escrito algo... nada. Ir por un helado, dormirse encima de la bicicleta en frente de la heladería... y al final de la tarde ir a buscar dónde quedarse por que la señora no llamó y había que bañarse y descansar, buscar, buscar, buscar, todo muy caro, hasta encontrar una posada decente, guardar las cosas, bañarse y salir a buscar comida y volver a Internet.

Mañana, levantarse temprano para trabajar un poco y esperar que la señora que me iba a recibir acá llame, sino pagar otra noche de posada y continuar el camino hacia Joao Pessoa.

Se está acabando el año, ¿será que alcanzo a llegar al menos cerca de Salvador?

 

Tutoia - Parnaiba

4 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado: 09:03:56
Kilómetros recorridos: 121,91
Tiempo total pedaleado: 106:57
Kilómetros total recorridos: 1217,54

Creo que estoy pensando en cambiar un poco mi rutina, al parecer salir a las 6.00 es un mal negocio si los desayunos de todas las posadas es como el de hoy: Café, juguito, huevos, pan, banano, patilla. Ese el desayuno que me merezco todos los días con tanto esfuerzo físico.

Salí de Tutóia a las 7.00 despues del banquete del 'café da manha' y volví a sentir la 'estrada' bajo los pies de de Ludmila, con el detalle que no le había cambiado los zapatos por que me dijeron que un buen tramo de la carretera no estaba muy buena.

La carretera estaba mejor de lo que esperaba y luego de unos kilometros los zapatos de playa de Ludmila empezaron a pesar y a hacer el camino más dificil, juntándose con el hecho de que el Maranhao de despedida me regaló una carretera llena de columpios y por si me daba un poco de calor prendió el viento a máxima potencia.

Llegué hasta Cana Brava, con buena disposición, me tomé un par de jugos de aguacate para completar el desayuno y seguir pedaleando, sólo que como que el jugo de aguacate o no se lleva bien con la patilla o con el jugo de guayaba o con el banano o con el café o con la mantecada de maracuyá, por que cuando llevaba un par de kilometros me empezó a doler el estomago y una sensación de malestar general me empezó a invadir. Tuve que parar para pedir prestado un baño, pero bueno después de eso aunque no estaba del todo bien, la cosa mejoró bastante.

Luego llegué a Novo Horizonte a buscar algo de almuerzo para recuperar lo que había dejado atrás algunos kilometros atrás y mientras veia como la tranquilidad se confundía con el tedio me fuí recuperando un poco más. Ya llevaba 64Km y estaba en la mitad del camino ya me faltaba poco.

Continué un poco más despacio que de costumbre por que mi estomago estaba todavía un poco revelde pero con toda la intención de llegar rápido a Parnaiba, sólo que por la tarde le cambiaron las pilas al ventilador he hizo el doble de viento que por la mañana y por más que quisiera no iba poder ir más rápido, pasaban las horas, cambié de estado y luego encontré algunos kilometros de carretera llena de huecos y con viento en contra que no me hicieron muy bien. Pero bueno, hacia las cuatro de la tarde ya estaba a 10Km de Paranaiba, así que no me caería mal una aguita de coco pa' refrescarme, ¿no?. No, el aguita de coco no caia mal, lo que caia mal era parar, cuando me monté nuevamente a la bicicleta mis piernas ser rebelaron, ¿Como así que despues de empujar tanto la bicicleta en la arena ahora nos hace recorrer 120Km en un sólo día?, así que me toco ir todavía más despacio y llegar entrada la tarde en Parnaiba a buscar posada y descansar.

Por fortuna encontré una muy buena y dentro del presupuesto, así que como también había llegado tarde decidí quedarme al siguiente día también. Las piernas necesitaban masajes, estiramiento y descanso.

 

Quemada dos Britos - 2km adelante de Rio Negro

6 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado (empujado): 08:53:16
Kilómetros recorridos: 19.85
Tiempo total pedaleado: 85:06
Kilómetros total recorridos: 1032,2

Me levanté temprano dispuesto a asumir el reto de las Lençois, arreglé todas las cosas, me bañe, desayune con huevitos (hace rato no comia huevitos), café y galletas y todo listo para la partida, o casi todo.

Bruno uno de los hijos del dueño de casa (maldita mi mala memoria con los nombres) probó mi bicicleta y dijo que así no andaba ni una hora en las dunas, que para andar en la dunas era necesario sacarle un poco de aire a las ruedas; y como el que sae sabe, no me opuse, le sacó casi la mitad del aire a las ruedas y si señores efectivamente andaba mucho mejor.

¿Por dónde es el camino?, siga derecho por el rastro de la camioneta hasta las dunas, suba la duna grande y de ahí derecho hasta el mar.

Nos montamos en la bicicleta, andamos como medio kilómetro y otra vez esa arena fofa que no dejaba avanzar, como aprendimos el día anterior eso de la empujada, pues nos dedicamos a empujar. Dunas por acá, dunas por allá, algunas de ellas al parecer infranqueables. Tuve que empujar buena parte del camino y aprender por la experiencia que: si llegó a la cima de las Dunas no se baje a menos que no haya otra forma de continuar. Jijuemadre si es duro andar en esa arena.




Total de las dos horas que tenía para hacer esos 7Km se convirtieron en cuatro. Pero bueno ya estabamos en el Atlántico, Ludmilla y yo. Le tomamos la fotico de rigor, tomamos un segundo desayuno: pan con mermelada y un poco de agua; y como estaba haciendo calorcito y nos lo mereciamos, una bañito biringo en el mar (que lugar más apropiado para bañarse en pelotas que una playa desierta). Nos arreglamos y a las tres de la tarde estoy en Canto de Atins.




Ja, ja, ja. Como me demoré tanto llegando hasta el mar ya la marea estaba en la otra dirección y toda la arena que podría haber sido transitable con la bicicleta no estaba en condiciones, así que como aprendimos en las dunas: 50 pasos empujando, 30 segundos de descanso y hagale pues mijo que pa' lante es pa'ya.

Sol, brisa (viento, mucho viento) y mar y nada que se veia algún rastro de vida en el horizonte. Al medio día paré, hice un poco de estiramiento, me comi una barra de cereal y muy para mi pesar vi que se me estaba acabando toda el agua que llevaba.

Empezamos a empujar de nuevo y vemos en el horizonte dos figuras humanas, ¡Hay gente por acá!, no debo estar muy lejos pensé, empujar siguiendo las dos figuras.

Cuando casi les daba alcance tuve que atravesar un riachuelo que parecia inocente y tierno, pero mentiras justo cuando estaba en la mitad un banco de arena atrapó a Ludmila y tuve entonces que desmontar buena parte de las maletas y darme mañanas hasta que pude sacar la bicicleta de ahí, descansar un poco ajustar la bicicleta (se había safado una de las parrillas) y ¿dónde era que estaban esas personas?

Nada, se habían desvanecido.

Dándome un poco de ánimos pensé que si me llevaban media hora y ya no se veian por ahí eso quería decir que no podía estar a maś de una hora de camino de algún lugar habitado. Tenia razón pero no de la forma en que yo esperaba.

Continue empujando, pasaban las horas, el agua ya casi se había terminado del todo, tenía hambre y ya me estaba viendo durmiendo solo en la carpa junto a la playa y comiendome la lata de atún que guardo para condiciones extremas. Pero no ya a las cuatro de la tarde llegué en un punto de la playa en la que las opciones eran continuar empujando hasta las 5.30 y acampar o parar y pedir alojamiento en una cabaña de pescadores que se veia a lo lejos.

Opción dos, vamos a ver que pasa.

De lejos parecia que sólo habían dos personas, pero a medida que me iba acercando fueron saliendo más, seis en total y la verdad me dió un poco de miedo. Estaba tan lejos de todo y si ellos quisieran realmente robarme o algo no habría nadie que se interpusiera. Pero nada, temores infundados y muchas películas gringas de pueblos texanos dónde sólo vive gente despiadada.


Me ayudaron a empujar la bicicleta hasta la casa, me dieron agua y un poco de pescado. Hablamos se rieron un poco de mi y mis aventuras en la arena y como no tenían luz ni nada nos acostamos a dormir temprano (a penas se ocultó el sol). Algunos de ellos se levantaron más tarde para ir a recoger las redes y volvieron casi a la madrugada. Todo fué tan chévere, nada de ruido, todo tranquilo, una vida dificil, por que les toca trabajar muy duro, pero simple, sencilla y hermosa. Con ellos aprendí un poco sobre la marea, sobre la manera de pescar de por acá y de lo dificil que se está haciendo vivir de esa manera debido a la falta de acción de los organismos estatales en la regulación de pesca con grandes embarcaciones.

Al otro día asistí a la caceria del ratón que los estaba hacediando desde que llegaron acá, lograron encontrarlo. Fui con algunos de ellos por un poco de agua, desayuné me alisté y listos para continuar la jornada. Me acompañoron hasta la playa y hágale pues mijo.

 

Retorno Humberto de Campos - Barra

5 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado: 03:27:15
Kilómetros recorridos: 45.63
Tiempo total pedaleado: 76:13
Kilómetros total recorridos: 1012,35

"El que no llora no mama, aunque este al lado de la teta de la Mama"

La primera parada para llegar hasta a Santo Amaro es Sangue, ahí paran las "Toyota" que todo el mundo me había dicho que eran la única forma de llegar hasta allá. Así que hacia allá me fuí con mi Ludmilla, de pasada por allá vi el camino que se abría tras el anuncio: Santo Amaro de Maranhao 36Km y la verdad no lo vi tan complicado.

Llegué hasta Sangue me tomé dos juguitos un par de galletas y una Fanta. Haciendome a la idea de la arenita que ya había visto, cambié las ruedas de la bicicleta para dejarla como toda una 2x2 y ¡listo!. Otra vez la gente diciendome que el camino arena, y yo que ¿Qué tan dificil puede ser?.

Sali muy juicioso de Sangue casi a las 11:00 de la mañana, ya de por si una mala hora, y empecé a pedalear.


Y la verdad grave, grave no estaba. Estaba andando a 11Km/h así que a esa velocidad estaría en Santo Amaro a las tres de la tarde.

Así muy feliz y contento llegué hasta "Rio Grande", uno de los poblados que quedan en el camino, y como era hora de almorzar... gallina a la panela, macarron, arroz, ensalada, farinha y la votación de la sede de los juegos olímpicos fueron mi compañia los siguientes 45 minutos. Otra vez, el hombre del restaurante, que la arena de acá para allá es muy delgada y se le hunden los pies hasta los tobillos... más bien bañese en el rio y espere la siguiente "Toyota". Que gracias por el consejo, que yo soy terco, que ¿qué tan dificil puede ser?.

Pues si señores que no más a la vuelta del restaurante me tuve que cambiar las zapatillas de ciclismo por los tenis todo terreno y empujar como burro, por que no me iba a devolver, no faltaba más.

Un kilometro empujando y estaba jódido pero feliz.



Y si en Cachoeira de Piría me sentía en la m$%%·%itad de la nada, aquí si estaba en la mitad de la nada (Creo que esto lo voy a volver a decir en algún momento). Arena por acá, arena por allá y ni un alma por ningún lado.

Un par de motos y carros que bajaban, miraban, hacían caras, decía le falta un montón y seguian.

Otro kilometro empujando.

Y pasa una camioneta de carga.
- Oi, voçe va para Santo Amaro
- Vou
- Voce me poderia chevar?
- Quanto pesa a bicicleta.
- 30kilos
- Nao, posso nao. Mais voce esta muito longe, deveria procurar a prossima Toyota.

Y arrancó y se fué.

Nada de: tiene sed, lo puedo acercar un poco, pere llamo a ver si viene algo prónto. Naranjas.

Otro medio kilometro empujando, ya hasta tenía rutina, diez metros empujando, dos minutos descansando...

Para otro camión.

- Oi, Como vai?
- Bem, e voce va para onde?
- Vou para Santo Amaro, Voce me poderia chevar?
- Eu vou para XXXX, nao posso. Mais voce pode ir hasta o prossimo povoado y esperar ahi ate as 4.30 que pasa a prossima Toyota.
- E fica muito longue?
- Umos dez, quince kilometros.
(ademán de arrancar el camión)
- Posso ir com voce? (Este no se me iba a escapar)
- Voce quer ir conmigo? (pues claro no ve que estoy en medio de la nada empujando 30kg de equipaje con el sol en la espalda). Eu nao vou para Santo Amaro.
- Nao importa hasta onde voce me possa chevar.
- Ta.

A levantar la bicileta y montarla en el planton en el espacio perfecto para que ella y yo viajarmos cómodos.

En otras palabras, por estas tierras (hasta dónde voy), la gente no acostumbra ofrecer ayuda, como a la Colombiana, de pere a ver como le buscamos la comba al palo, sino que hay que pedirla. El que no llora no mama...

Así llegué hasta Barra, el último poblado grande antes de Santo Amaro, me tomé una merecida cerveza y me quedé dormido en una silla.

Luego contestar las preguntas de rigor y dejar pasar el tiempo hasta las cinco, no las cuatro como había dicho el hombre del camión para la siguiente cuatro por cuatro.

Ya llegando la hora, esta vez si sin decir nada, Doña Maria de Nazareth, me dijo si no lo llevan no hay problema se puede quedar aquí.

Esperar, varios carros llenos y...

De vuelta para dónde Doña Maria.

Bañarse en el rio a oscuras

Comer huevos con farinha y café

Ver la novela de las 7.00.

Y al camita, digo a la hamaquita hasta el otro día con varias cosas en el tintero.

 

Arari - Santa Rita

3 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado: 06:06:59
Kilómetros recorridos: 95.54
Tiempo total pedaleado: 53:35
Kilómetros total recorridos: 734,16

El viaje de Ararí hasta Santa Rita fue un poco pesado, muchos trechos de la carretera están en obras y ni el costamento ni la calzada principal están en condiciones. De hecho tuve mi segunda caida en la bicicleta por eso: estaba en un trecho en que el costamento era sólo arena y al intentar girar para esquivar una piedra o algo así, derrapé; bueno hay que ser justos no fué asunto sólo de la carretera, también ayudó que mis llantas son pisteras y no tienen tanto agarre, lo bueno de esta experiencia fué que me mostró que necesito comprar unas nuevas corazas para el viaje a las Lencois (dunas de arena) por que si no estoy perdido.

Luego de Ararí, en Miranda do Norte la carretera en dónde la carretera en que viajaba se juntó con otra carretera principal que viene del sur pude ver algo de lo que me esperaba en el resto del camino, en cuanto al tráfico vehicular. Al margen de eso parar aquí fué chévere pues en el "Lanchonete" dónde me tomé mi acostumbrado jugo de las ocho me encontré con un par de personas muy amables con las que pude charlar un poco y que me dieron energías para el siguiente trecho.

Pedaleé dos horas más y llegué hasta Trocamento y ahí almorcé, arroz, fríjoles, pasta, ensalada y gallina "a la panela", dormí una siesta y mientras me tomaba el café vi cruzar por la carretera a otro cicloturista. Me emocioné mucho, me tomé el café en par patadas (me quemé la lengua) y salí a darle alcance. Luego de 15 minutos lo alcancé.

Se llama Marcelo, venia hacia Sao Luis igual que yo, pero desde el sur, desde Minas Gerais y llevaba 2000km recorridos en 17 días; nos tomamos una foto y nos fuimos charlando hasta Santa Rita, me contó de su proyecto de visitar las 20 y tantas capitales Brasileras de bicicleta desde su ciudad (ya sólo le faltan tres), de sus viajes (lleva 6 años viajando) de otros cicloturistas, etc.

Así charladito recorrimos los últimos 25Km y cuando llegamos a Santa Rita, buscamos un hotel y de ahí en adelante el pagó todo gracias a que su viaje estaba patrocinado por la "prefeitura" de su ciudad y tenía unos excedentes [*]. Por todo y por todo fué chévere encontrarme con el.

 

Ejercicio de 'libre' asociación

1 min read


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Un ejercicio de 'libre' asociación: reunión, nombres, ponchadora, rj45, extension, nevera, cableado, contrariedad, bicicletas, septimazo, periodistas, pelea, tensión, helado, tensión, acaloramiento, hamacas, tensión, tensión, tierra, 'golpes', cambio, rojo, cafe, video, pizza, maura, gocepagano, salsa, reggae, cansacio, tierra-viento, video, silencio, eje, masaje, desmayo, susto, herida, curación, tensión, 'buenasnoches', mendigo, baño, arepa, destornillador, mesas, sueño, trasteo, trasteo, trasteo, encuentro, tristeza, ordenar, charla, gilipollas, cuadro, equipo, colchon(miradas), jeff, orden, desconcierto, maura, pizza, casa. Silencio, ciclovia, cierre, arreglos, aurelino, agora, oficinavieja, llegadaencarro, pinturas, ducha, almuerzo, carrefour, cine, toallas, charla, ensalada de frutas, celular, casa, leer: uno, dos, tres, cuatro, cinco... 55 post de lectura atrasada que tenia del elefante azul, eso y la musica que amarok escogio como never played acompañan esta noche tranquila que nada tiene que ver con la absurda y llena de gilipolleces del viernes-sabado. Esperar que nos trae de nuevo este Lunes.

 

Amado por la muerte

2 min read

Hoy tabogo amaneció triste y yo también.
Sin darme cuenta terminé tomando sombra bajo el arbol de la razón y pensar de más creo que me esta haciendo daño.

Hoy en medio de mi estado taciturno recordé vagamente un poema que me aprendí hace mucho tiempo. No quería aprenderme aquellos poemas famosos que terminan volviendose frases de cajón (como mi táctica y mi estrategia, puedo escribir los versos más triste esta noche), asi que terminé aprendiendome uno que estaba en un separador que me regalaron en algún café del centro. Mi memoria se niega a entregarmelo completo. Aquí lo que vagamente logro recordar:

Siento que la muerte me ama
y me busca para llevarme a su inframundo
siento que tiende trampas a mi alrededor
y me llama luctuosa a festejar mi entierro
(...)

pero la muerte no sabe que el poema
es un escudo, una espada, una armadura
en la guerra de los días
y que en cada verso me entrego a la vida
y esta se me devuelve multiplicada

Raúl Gómez Jattin

Hoy sólo quiero estar asi:


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