El que mucho se despide
es por que no se quiere ir
Mi estadía acá en Jerí que en principio iba a ser de sólo de 4 días; sin saber como, ni por qué (en realidad si hay varios por qué y es por eso que escribimos esto) se convirtió en dos semanas.
Acá en Jerí con mis compañeros de La Pousada da Renata (gracias a Darling por recomendarme con ellos) los días pasaban lentamente, y al mismo tiempo se iban sumando los unos a los otros sin piedad.
Vimos muchas películas, hablamos un montón, salimos a las atracciones turísticas del lugar, salimos a hacer un poco de ejercicio por la mañana en la playa, comimos muy rico y sólo de vez en cuando se atendieron a los huespedes.
Es tan dificil salir de nuevo a la carretera cuando se la esta pasando bien con gente chévere!, pero a la final se me acabaron las excusas y habia que continuar, ¿no?
Mis intentos de salir de Jerí fueron tres:
El primero, en la fecha planeada pero justo un día antes conocí a Adriana (Mao Azul) una terapeuta paisa quién me ayudó con el dolor en la rodilla que venía desde que estaba en Parnaiba y que a pesar de los días relajados en Jerí no había mejorado. Cómo ella sólo podía hasta el día siguiente había que quedarse un día mas. Parte del tratamiento integral de Adriana, incluia entender las razones por las cuáles se esta dando la dolencia, que a veces, según ella (y yo estoy empezando a creer lo mismo), no tienen que ver únicamente con cuestiones físicas; así pues con brujula estelar en mano y esfero desciframos cuálera mi Kin (Caminante del Cielo) según el Calendario Maya, relacionamos esto con el año en curso (Año de la tormenta) y la dolencia en particular: la rodilla (que tenía una representación relacionada con todo eso que no recuerdo), y así junto al masaje, algunas escencias florales y un poco de conversa sobre lo que me podría estar ocupando la mente para que se manifestara de esa forma fué el tratamiento. Yo no sé si todo eso tiene que ver o no, pero lo que si es cierto es que con el masaje y la reflexión guiada por Adriana, bastaron sólo dos sesiones para que mi rodilla dejara de doler y yo pudiera continuar con el viaje.
El segundo intento, estaba relacionado con el hecho de que mi tratamiento con Adriana fué una 'troca', ella me ayudaba con los masajes y yo tenía que quemarle un CD con la música que yo quisiera. El CD estuvo listo el día que era, pero cuando la estuvimos llamando para entregarselo no apareció, además tenía que resolver algunos asuntos financieros que eran mucho más fáciles de resolver con una conexión a internet más o menos estable. Así que que vaina toco quedarse otro día mas. Claro está tuve mi correspondiente despedida con caipirinhas y todo.
El tercero y último, fué al día siguiente. Pude entregar el CD, resolver mi asunto financiero y poner a Ludmilla en buenas condiciones para le viaje (no sé como pensaba salir antes con esa muchacha en el estado en que se encontraba). La despedida esta vez fué acompañada con tajine, salchichitas fritas y berenjenas asadas (mmmm que rico). (Así, ¿quién se queire ir?).
La verdad, ganas no me faltaban para quedarme un tiempo más en Jerí, la Posada da Renata y sobre todo compartir con Catalina, Ana, Miguel y Javier eran justo lo que necesitaba para este intermedio del viaje, fué un centro de operaciones excelente para entender mejor mi viaje, algunas cosas que me rondaban en la cabeza y mejorarme físicamente. Muchas gracias a todos ellos por todas las atenciones, espero que lo que resta de su estadia en Jerí les vaya muy bien para que así puedan tener la $gasolina$ necesaria para todos esos sueños e ideas que tienen en mente. ¡Ya nos veremos de nuevo!