Acabo de llegar de nuevo a Mossoró, dónde Djanilson me esperaba, tras un breve paréntesis que me llevó hasta bien al Sur dónde dicen, los Aires son Buenos.
Esta mañana mientras esperaba a que el avión despegara (por alguna extraña razón perdió el turno en la fila por la pista y tuvimos que esperar una hora más para poder despegar), miraba por la ventana y veia como el cielo se cerraba sobre Buenos aires e una especie de niebla (tal vez exagere un poco) que a la par de no dejarme ver que había un par de kilometros más allá me hacia preguntarme, una vez más, que será de mi luego de toda esta odisea.
Pero más allá de esas preguntas, lo que hoy se apoderaba de mi era un dolorcito en el pecho que aún ahora no sé con que asociar: ¿La añoranza de la familia y los amigos?, ¿El extrañar tu tierra y sus costumbres?, ¿El dejar atrás, nuevamente, personas y lugares maravillosos?
Si fuera la última opción no tendría más que agradecer a las personas que hicieron de este pequeño paréntesis algo especial para mi:
- Natalia, quién junto con Matias no tuvieron reparo alguno en recibirme en su casa y hacerme sentir como en la mia.
- Yvonne, mejor conocida como 'mi amiga alemana', con quién siempre es grato compartir una caminata, hablar de todo un poco y dejar pasar el tiempo. Ya veremos cómo y dónde será el próximo encuentro.
- Sonia, quién se dejó convencer para ir 'alli no más' hacia un evento inexistente y con quién intercambiamos algunas impresiones e ideas sobre esto y aquello.
- Los chicos de Keetup que en su afán de construir un sueño nos ha dejado participar a otros
Gracias a todos ellos por recordarme la antigua sentencia de:
basta con que los dos crean en la misma tonteria