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dramirezaragon

 
 
 

Teresópolis - Tres Rios

3 min read

Estado de Brasil: Rio de Janeiro
Tiempo pedaleado: 06:48:54
Kilómetros recorridos: 94.34
Kilómetros total recorridos: 5678.49

Luego de tomarme el capuchino con galletas que venía incluido en el alquiler del cuarto puse pies en polvorosa y me fui en la búsqueda del 'Mirante Soberba', el camino era simple, seguir por la vía principal hasta tocar pared, o mejor hasta que se acabara la carretera.

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Fueron cerca de 8km, una subida leve y al final, una vista soberbia, se pueden ver todas las montañas hasta (lo que me pareció) la Bahia de Guanabara, montañas, montañas y de uno lado la Serra dos Orgaos y el conocido 'Dedo de Deus'. El viento en el mirador era tan fuerte que con todo y lo que pesa alcanzaba a llevarse a Ludmilla.

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Luego volver al pueblo y otra vez a subir la misma montaña que había subido el día anterior. Despacito, despacito, y cuando iba llegando a la cima un grito: -'Oí, Diego'. Era Paulo que iba en carro hacia a Teresópolis.

Ya en la cima atendí a mi auto consejo del día anterior y me puse el corta vientos, y puedo decir: la cosa mejora considerablemente.

Almorcé en el mismo lugar del día anterior: Tutu de Minheiro, a mi parecer una variante de la Feijoada, pero con huevo frito, lo que la hacia más próxima a la Bandeja Paisa. Intenté tomar la siesta de restaurante pero no me pude acomodar. Hacer recarga de las caramañolas y otra vez a la carretera.

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El camino de Itaipaiva hasta Tres Rios es la mayor parte en bajada, así que puede descansar las piernas. El viaje fue por la BR-040, buen asfalto, buen 'costamento' y ningún contratiempo.

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Luego lo de siempre, buscar dónde quedarse (todo por acá sigue siendo muy caro, ojalá que en Minas la cosa mejore) y dormir un poco y luego ir en búsqueda de Internet y comida. El Internet me tocó robarlo con el celular en un centro comercial por que todos los café internet cierran temprano en el centro. Luego un Milkshake de marucuyá de Bob's y un caldo de feijao que estaba delicioso.

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Mañana el destino es Juiz de Fora, ahí me alojaré en la casa de uno de los integrantes de NovaOrigem (cuatro muchachos que salieron en Marzo a darle la vuelta al mundo en bicicleta).

 

Canto de Atins - Atins

3 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado (empujado): 02:42:00
Kilómetros recorridos: 6.75
Tiempo total pedaleado: 93:06
Kilómetros total recorridos: 1057,41

Por la mañana salimos con Paula y Marcos en busca de la "Lagoa do Mario" detrás de las dunas cerca de Ponta do Mangle, caminamos un buen rato por las dunas, hasta que preguntando y preguntando llegamos a la laguna. Como todos estos pueblos insertados entre las dunas esta laguna es un oasis al que uno siempre estará dispuesto a llegar, agua fresca y dulce para bañarse y paisaje simple pero hermoso.


Ahí en la laguna nos encontramos con dos turistas más, estos de Fortaleza, con los que charlé un rato (Nota mental: tengo que quitarme esta muletilla, por que por acá 'rato' es ratón y siempre termino diciendo otra cosa), curiosamente van a ir para Colombia en Diciembre, así que estuvimos hablando de posibles rutas por el país, me dieron su dirección en Fortaleza, así que es probable que ya tenga lugar para quedarme allá.

Luego volvimos a la posada, almorzamos, yo un poco de afán pues eran la una y el barco hacia Caburé salia a las 3:00pm.

El almuerzo estuvo rico, pa' que. Camarones, pescada frita con (adivinen) frijoles, farinha y arroz; pero como sali de afán cuando llegué, tarde, a Atins me dió un dolor de estomago así de esos que lo mandan directo pa'l baño.

Menos mal llegué a la Posada da Rita, ahí me dejaron armar la carpa y pude bañarme ir al baño y descansar. Ahí uno de los hermanos de la dueña de la posada me llevó a donde una vecina que tiene un huerto de hiervas medicinales para hacerme un té de Boldo. Esta feo como el solo, pero me ayudó bastante, cuando llegué a la posada pude comer un poco de las pizzas que estaban haciendo y concreté con el señor (Paulo) que al otro día si iban a pescar al rio me pasaban a la otra orilla.

Así que otra vez como en los otros días de las Lençois todo lo planeado no salió como lo planeado.

 

Quemada dos Britos - 2km adelante de Rio Negro

6 min read

Estado de Brasil: Maranhao
Tiempo pedaleado (empujado): 08:53:16
Kilómetros recorridos: 19.85
Tiempo total pedaleado: 85:06
Kilómetros total recorridos: 1032,2

Me levanté temprano dispuesto a asumir el reto de las Lençois, arreglé todas las cosas, me bañe, desayune con huevitos (hace rato no comia huevitos), café y galletas y todo listo para la partida, o casi todo.

Bruno uno de los hijos del dueño de casa (maldita mi mala memoria con los nombres) probó mi bicicleta y dijo que así no andaba ni una hora en las dunas, que para andar en la dunas era necesario sacarle un poco de aire a las ruedas; y como el que sae sabe, no me opuse, le sacó casi la mitad del aire a las ruedas y si señores efectivamente andaba mucho mejor.

¿Por dónde es el camino?, siga derecho por el rastro de la camioneta hasta las dunas, suba la duna grande y de ahí derecho hasta el mar.

Nos montamos en la bicicleta, andamos como medio kilómetro y otra vez esa arena fofa que no dejaba avanzar, como aprendimos el día anterior eso de la empujada, pues nos dedicamos a empujar. Dunas por acá, dunas por allá, algunas de ellas al parecer infranqueables. Tuve que empujar buena parte del camino y aprender por la experiencia que: si llegó a la cima de las Dunas no se baje a menos que no haya otra forma de continuar. Jijuemadre si es duro andar en esa arena.




Total de las dos horas que tenía para hacer esos 7Km se convirtieron en cuatro. Pero bueno ya estabamos en el Atlántico, Ludmilla y yo. Le tomamos la fotico de rigor, tomamos un segundo desayuno: pan con mermelada y un poco de agua; y como estaba haciendo calorcito y nos lo mereciamos, una bañito biringo en el mar (que lugar más apropiado para bañarse en pelotas que una playa desierta). Nos arreglamos y a las tres de la tarde estoy en Canto de Atins.




Ja, ja, ja. Como me demoré tanto llegando hasta el mar ya la marea estaba en la otra dirección y toda la arena que podría haber sido transitable con la bicicleta no estaba en condiciones, así que como aprendimos en las dunas: 50 pasos empujando, 30 segundos de descanso y hagale pues mijo que pa' lante es pa'ya.

Sol, brisa (viento, mucho viento) y mar y nada que se veia algún rastro de vida en el horizonte. Al medio día paré, hice un poco de estiramiento, me comi una barra de cereal y muy para mi pesar vi que se me estaba acabando toda el agua que llevaba.

Empezamos a empujar de nuevo y vemos en el horizonte dos figuras humanas, ¡Hay gente por acá!, no debo estar muy lejos pensé, empujar siguiendo las dos figuras.

Cuando casi les daba alcance tuve que atravesar un riachuelo que parecia inocente y tierno, pero mentiras justo cuando estaba en la mitad un banco de arena atrapó a Ludmila y tuve entonces que desmontar buena parte de las maletas y darme mañanas hasta que pude sacar la bicicleta de ahí, descansar un poco ajustar la bicicleta (se había safado una de las parrillas) y ¿dónde era que estaban esas personas?

Nada, se habían desvanecido.

Dándome un poco de ánimos pensé que si me llevaban media hora y ya no se veian por ahí eso quería decir que no podía estar a maś de una hora de camino de algún lugar habitado. Tenia razón pero no de la forma en que yo esperaba.

Continue empujando, pasaban las horas, el agua ya casi se había terminado del todo, tenía hambre y ya me estaba viendo durmiendo solo en la carpa junto a la playa y comiendome la lata de atún que guardo para condiciones extremas. Pero no ya a las cuatro de la tarde llegué en un punto de la playa en la que las opciones eran continuar empujando hasta las 5.30 y acampar o parar y pedir alojamiento en una cabaña de pescadores que se veia a lo lejos.

Opción dos, vamos a ver que pasa.

De lejos parecia que sólo habían dos personas, pero a medida que me iba acercando fueron saliendo más, seis en total y la verdad me dió un poco de miedo. Estaba tan lejos de todo y si ellos quisieran realmente robarme o algo no habría nadie que se interpusiera. Pero nada, temores infundados y muchas películas gringas de pueblos texanos dónde sólo vive gente despiadada.


Me ayudaron a empujar la bicicleta hasta la casa, me dieron agua y un poco de pescado. Hablamos se rieron un poco de mi y mis aventuras en la arena y como no tenían luz ni nada nos acostamos a dormir temprano (a penas se ocultó el sol). Algunos de ellos se levantaron más tarde para ir a recoger las redes y volvieron casi a la madrugada. Todo fué tan chévere, nada de ruido, todo tranquilo, una vida dificil, por que les toca trabajar muy duro, pero simple, sencilla y hermosa. Con ellos aprendí un poco sobre la marea, sobre la manera de pescar de por acá y de lo dificil que se está haciendo vivir de esa manera debido a la falta de acción de los organismos estatales en la regulación de pesca con grandes embarcaciones.

Al otro día asistí a la caceria del ratón que los estaba hacediando desde que llegaron acá, lograron encontrarlo. Fui con algunos de ellos por un poco de agua, desayuné me alisté y listos para continuar la jornada. Me acompañoron hasta la playa y hágale pues mijo.

 

1 min read

Hace algunos días leí en alguna parte que los grandes autores son aquellos que logran colocar de la manera más simple las visitudes de la vida cotidiana y al mismo tiempo mezclar entre líneas reflexiones que resumen el sentir de toda una época.
Acabo de ver "Les invasions barbares", me pareció una muy buena película. No voy a decir que es 'una obra maestra', pero me conmovió. Me pareció un película llena de detalles, las charlas de Remy con la enfermera, con su ángel de la guarda, con sus amigos...
Creo que habría mucho que decir de estos 99 min...
Antes de salir para la película hablaba con Arhuaco acerca de que estaba haciendole el quite a una sentada a 'pensar', pero en definitiva es algo a lo que no podré escapar.
Y menos en una semana como esta, llena no de emociones, ni de encuentros, ni de charlas, pero si de ideas nuevas, de fuentes renacidas y palabras lejanas (y pocas) que dan ánimo sin tener la intención de darlo.

 

Entendiendo la felicidad

7 min read

Happiness is a state of mind
not something that can be taken from others
or from the outside world

Paramananda (Dalai-Lama)

Hace poco acabo de llegar a mi casa, hoy sali a las 9.00 am y realmente no fue un día muy productivo, bueno al menos en salir del paso con las varias cosas que tengo pendientes. Casi todo el día me la pase hablando, de un cosa y de la otra, en UniLago mientras recogiamos un servidor, en la oficina con Carolina... Pero la charla más curiosa se dió al final del día, a las 6.00 de la tarde todos nos alistamos para salir pues como nueva política de la empresa estan tratando de establecer una 'Jornada Única', y como había sido un día caluroso salimos todos a tomarnos una cerveza, cuando o sorpresa cuando salimos empezó a lloviznar, suceso que no logró desanimarnos obviamente, pasamos la calle y nos metimos en la tienda de la esquina, nos sentamos Carolina, Elizabeth (la gerente de la empresa), Igor, un amigo de Igor (creo que se llama Henry) y yo. Para mí fué un poco raro, primero por que no acostumbro a salir a tomarme una cerveza, segundo por que a pesar de conocerlos a casi todos, y estar trabajando directa o indirectamente con ellos desde hace seis meses, nunca habia salido con ellos(si, soy un poco asocial, ?Y?). Bueno el caso fue que nos sentamos a charlar, y supuestamente el tema del día eran los blogs, pues Carolina me la estuvo montando todo el día con el tema, primero tuvimos que explicarle a Elizabeth que eran para ponerla en contexto, pero como en buena conversación de colombianos pronto pusimos una coma (,) y pasamos a otro tema. Empezamos a hablar de la ciudad, de como habia cambiado en los últimos 10 años, de la transformación que ha tenido, buena o mala, a raíz de Transmilenio... en fin, me pareció muy interesante, en particular escuchar a hablar a Elizabeth, ella es una señora que esta por los 40 y que tiene toda la ternura e ingenuidad de un niño o de un abuelo. Ella nos contó varias cosas, unas tan poco comprensibles para nosotros, como el hecho de que hubiera llorado el día en que inaguraron Transmilenio (pues para ella era algo unico poder viajar de un extremo a otro de la ciudad en 45 minutos y poder ver como en una vitrina la gran cantidad de realidades simultaneas que vivimos en esta caótica ciudad); otras muy dulces, como la vez que fué a Tulua para llevar a su hija a conocer el mar y que después de más de un inconveniente para poder conseguir alojamiento y poder recostarse un rato, se despertó y creyó que se habia quedado ciega por que se levantó en la más absoluta obscuridad (se habia ido la luz por que la planta se daño y pues el lugar donde habían logrado quedarse era un isla); también hablamos de las responsabilidades, de aquellas cosas que realmente logran alterarnos, esa sensación de defraudar a alguién, y en especial a uno mismo, fue muy chevere, también nos contó de un viaje que hizo desde un pueblo del Magdalena hacia Cartagena en un 'lechero', un viaje de 5 horas se convirtió en todo un tour de 10, nos decia que ya llegando a Cartagena vió esa vez (y creo que no ha cambiado mucho desde ese entonces) como la gente de los alrededores vivia en las condiciones más deplorables y se aterró por eso, pero que sin embargo mientras veia todo eso desde la ventana del bus también vió a tres viejos, re-viejos, que estaban sentados afuera de una choza tocando la gaita, la tambora y una flauta y que disfrutaban inmensamente de la música, en ese momento supe que era la felicidad, dijo, es algo que se lleva dentro, uno se la pasa 40 años tal vez más tratando de buscar la felicidad en cosas agenas a uno y en realidad no es más que algo que se lleva por dentro.
Al oirala decir eso recordé la frase que encabeza este post y que ya había colocado en otro, y la entendí un poco más. No voy a tratar de poner aquí lo que he pensado, todavia pertenencen a un lenguaje sin palabras, pero sí que mientras escribo esto y haciendo alusión al nombre de este blog, una vez más se me hizo evidente que todos tenemos que aprender ciertas cosas, las importantes, esas que no se aprenden en la universidad ni el colegio, y que nadie puede decirnos como ni como, a cada uno le correponde encontrarlas por si solo, pero estan ahi esperando que las descubramos.

Para finalizar el día, aproveché que el bus en que venía dejo la luz encendida y segui leyendo un libro que compré hace unos días en la Acuario, "El Castillo de Lord Valentine", lo escogí más que por el título por el autor, Robert Silverberg. De todo lo que alcancé a leer desde allá hasta mi casa, me gustó mucho una parte en la que le enseñan a Valentine el arte del malabarismo que cito a continuación:

"(...) Hoy vamos a ocuparnos de la filosofía del arte.
- ?Filosofía?
-?Crees que el malabarismo es un simple truco? -preguntó el hombrecillo, como si estuviera herido-.?Un pasatiempo para mirones??Un medio para ganar un par de coronas en un carnaval provincial? Malabarismo es todas esas cosas, si, pero en primer lugar es una forma de vida, amigo, un credo, una especie de culto.
- Y un tipo de poesía -dijo Carabella.
Sleet asintió.
- Exacto, también es eso, Y una matemática. Enseña tranquilidad, control, equilibrio, sentido de colocación de las cosas y de la estructura fundamental del movimiento. El malabarismo tiene algo de música. Por encima de todo está la disciplina.
(...)
Su conciencia parecía estar dividada: una parte ejecutaba las recogidas y lanzamientos precisos y exactos, la otra vigilaba las bolas que flotaban y descendían y efectuaba rápidos cálculos de velocidad, ángulo y ritmo. La parte analítica de su mente enviaba datos instantánea y constantemente a la parte de su mente que dirigía los lanzamientos y recogidas. El tiempo parecía estar dividido en infinidad de roces y sin embargo de un modo paradójico, Valentine no tenía sensación de sequencia: la tres bolas estaban fijas en sus lugares, una siempre en el aire, dos en las manos. El hecho de que constantemente hubiera una bola distinta en una de esas posiciones carecía de trascendencia. Cada bola era la totalidad. El tiempo se había detenido. él no movía, no lanzaba, no recogía: sólo observaba el flujo, y el flujo se había inmovilizado más allá del tiempo y el espacio. Valentine comprendió el misterio del arte. Había entrando en el infinito.(...) Habia aprendido que el movimieno era ilusión y que la sucesión es un error de percepción. Sus manos actuaban en el presente, sus ojos escudriñaron el futuro, y a pesar de ello solo existía ese instante de ahora. "

Quiero aprender a ser malabarista, o funambulista como dice Ende!
Ahora mismo esta cerrada la tienda, pero mañana mismo consigo unos limones para empezar a practicar ;).

SUENA:The Division Bell - Pink Floyd

 

23 o Cuentos a varias voces

8 min read

UNA VOZ

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Se llamaba Susana. Solia cAminar todas las tardes a eso de las 5pm sólo para poder ver la puesta del sol. Estaba obsesioNada con la idea loca de que el sol, al tocar las montañas, producia una sensacion parecida a la caricia de una mano en la espalda de un amante. Soñaba con ver el preciso instante en que se producia tal unión.
Nunca podia mirar de frente. Sus ojos no soportaban el leve destello que producia el Gran astro. Sin Embargo, todos Los dias, a la misma hora, en el mismo lugar, esperaba pacIentemente con la esperanza de ver algun día, el momento justo QUE le permitiera recordar la primera vez que Juan la tocó.
DoS VoCeS

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Afuera la lluvia caia a cántaros, que digo a cántaros, a barrilados!
El hombre miraba por la veNtana, pero no veia nada, tenia los ojos igual de nublados que el cielo, era ciego.
Escuchaba el titenear de las gotas golpeando contra las rejas, contra la ventana, contra el asfalto, contra el perro que aún buscaba un lugar para Guarecerse, contra los paraguas de la gente que caminaba rápidamente de una lado para otro tratando de Encontrar su lugar en ese jardin de flores marchitas que apuntaban sus petalos hacia el suelo.
Escuchaba

Escuchaba todo atentamente y sentia como todo aquelLo que para el sIempre habia sido ajeno empeza a tomar forma, textura y hasta sabor.

Ahora ya no escuchaba solo imaginaba.

Imaginaba las caras tristes de las personas que deseaban QUE la lluvia no existiera, que Todo fuera calido y soleado. Imaginaba al perro corriendo tras un niño jugando, a los muchachos sentados en la hierva tomandose unAs cervezas y riendose por cualquier cosa, a La abuelita caminando con su baston esperando que un carro parara y le permitiera cRuzar la calle, al Muchacho que gritaba en la esquina vendiendo los periódicos, a los estudiantes de capoira bailando al compas del palmoteo de sus compañeros, a los niños gritando emocionados al ver a un elefante levantar un tronco con su trompa...

ImaginabA

Imaginaba, se imaginaba a si mismo haciendo todas esas cosas y muchas otras y no postrado en esa silla sin poder ver nada. Se sentia miserable, la pieza de un rompecabezas que por equivocación habia sido metida en otra caja.
Nunca supo entender porque la extraña naturaleza le habia arrebatado los colores,las formas, la belleza. Era un simple hombre que no merecia tal dolor. Dolor con sabor a rabia y tristeza. NO queria soportar más tal sufrimiento. Hacia mucho tiempo ya que su amargura lo habia alejado de las pocas personas amables que se cruzaron por su camino. No pudo contener el llanto. Sus lagrimas bajaban por su rostro con tal intensidad que parecia tener el cielo en sus ojos. El dia se hacia mas gris y no dejaba de llover. Alzo su mano y se limpio las lágrimas. Podia sentir como la yema de sus frios dedos recorrian su pálido rostro. Añoraba una tierna caricia. Entonces se encontró soñando de nuevo, imaginando estar con esa gente que veia a traves de su ventana. Se imaginaba sonriendo, sientiendo la lluvia o los rayos del sol tocando su cuerpo. Cualquier cosa que le recordara que aun estaba vivo.
Fue entonces cuando sintio aquellas pequeñas patas que tocaban su mano con curiosidad, ese imperceptible aliento que respiraba sobre sus dedos, los pequeños incivos que se clavaban en su carne como pequeñas puñales que le desgarraban delicada y dolorosamente la piel.

Sintió nuevamente que estaba vivo, el dolor le hizo recordarlo. Pareciera que esa fuera la única forma en que el mundo se comunicaba con el, la forma en que lo definia, lo construia y lo derrumbaba. Una vez más el dolor le recordaba que era de carne y hueso que no era más que una frágil máquina que podía ser destruida en cualquier momento y no ese ideal de belleza que alguna vez habia leido en un libro de Platón. Quitó bruscamente la mano y lanzó al pequeño ratón muy lejos contra los cartones que se apilaban en las paredes.
Paredes frias y mohosas que llevaban el olor a humedad hasta el centro de su olfato. Empezó a sentir como sangraban sus dedos. No sentia temor.Y aunque el dolor se hacia mas profundo, permaneció inmóvil por un largo tiempo.Tomó su bastón y empezó a caminar en dirección a su dura y desierta cama. Trato de incorporarse pero se sentia enredado. El dolor permanecia pero ya no le daba importancia.Lo unico que queria era sentarse en esa horrible cama. Diò un paso en falso y se cayó. Por un momento contuvo la respiraciòn. Se sentía solo e impotente, tirado en el piso como un estropajo viejo; no se movia. Estaba herido en su orgullo.
Pero ya nada importaba, nunca pudo ser realmente alguien, recordó algo que había leído alguna vez: "Estar solo, es estar seguro de que nadie te piensa". Cerro los ojos, esos ojos inútiles y vacios.Nuevamente una lagrima se deslizó por su mejilla, una lagrima pesada y fria que le quemaba la piel pero ya no importaba por que era la última.
EOK

VaRias Voces

Hacia un calor infernal, era medio dia, y además de ese sol abrazador las calles estaban llenas de gente que salia de aquellas enormes cajas de asfalto y corrian desesperados a la cacería de su almuerzo. El estudiante se sentia ageno a todo eso, caminaba por entre la gente pensando en que la trayectoria más corta entre dos puntos no es la linea recta, sino un delicada curva que se va escribiendo sobre una dimensión que a pesar de estar viviendo no vemos. Después de alimentarse con el mayor desgano, retorno por caminando lentamente por las ahora calles vacías hacia su casa, hacia ese cuarto mortuorio que habia estado construyendo durante tantos años para si mismo. Le esperaba una larga tarde leyendo las divertidas obras de Cervantes, en ese español anacrónico que casi no entendía.

Al doblar la esquina se encontró con que un policía estaba discutiendo con una prostituta que no tenía el menor reparo en diriguirse ante el uniformado con las más precarias palabrotas. Decidió entonces cruzar la calle para ir a la acera del frente y evitar el bochornoso escándalo. Después de meterse bajo la sábana e intentar leer las aventuras del flamante y sobresaliente caballero. Empezó a recordar la escena del día anterior que tanto lo había atormentado.

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Ahi estaba él, en la celebración del 20 de Julio viendo como la banda de guerra desfilaba por la carrera septima, cuando a través de los soldados y el estrepitos martillear de los redoblantes vió aquel delicado aro de oro que es le escapaba de sus delicadas manos a una niña que jugaba con el. Todo ocurrió muy rápido, pero fué muy preciso, como la sucesión de movimientos en la opera, la niña dejo a una lado su mascarita de ternura y emitió un grito agudo y salto el alambre que mantenía a raya a los peatones de los tanques de guerra y los caballos, él le gritó nervioso, ella finalmente lo escucho y alcanzó a girar el rostro, pero no lo suficientemente temprano para ver el brutal moustro de metal que se le venía encima.

- Mesie, mesie - repetia un francés que también observaba el desfile.
- ¿Puede usted tomarnos una foto?
Sacudió una par de veces la cabeza y finalmente volvió en sí, y se vió a si mismo con una camara en sus manos.
- Digan "we", y mientras trataba de enfocarlos por el objetivo, se dió cuenta que quien acompañaba al francés incipido era la misma niña que había visto morir hace apenas unos instantes. Sonrió para si mismo y tomó la foto. Luego del desfile y todavía un poco desconsertado fué a un bar y mientras escuchaba un grupo de Jazz maldijo una y otra vez aquella maldita droga para la epilepsia que lograba no sólo controlar sus ataques sino que descorchaba su cerebro y alimentaba con leña la imprenta que imprimia las estampillas con las que llenaba su memoria como un albún de filatelia.

(Carolina, Gloria, Johanna, Enrique, Himura, Jaguar, Javier)
 

2 min read

Otra vez con la mente un poco más despierta después de mi clase de Aikido.
Hoy fue un clase pesada, nos "sacaron la leche" (a mi personalmente me dió la pálida en un momento), y estuve
reaprendiendo cosas de este arte que ya habia olvidado.
Es muy impactante la experiencia de estar ahi sintiendo la energia de tu oponente e intentando proyectar la tuya,
el vivir el instante y dejar que el movimiento fluya.
Al salir de la clase y reflexionar un poco sobre esto recordé algo del libro que estoy leyendo: El Lobo Estepario
que dice:

Cada vez más irreal iba haciendose la anterior escena, cada vez más increíble que estos ojos hubiesen podio mirar tan desencantados y fijos hace aún pocos minutos, con tanta gravedad y tan terriblemente. ¡Oh!, en esto era Armanda como la vida misma: siempre momento, nunca calculable de antemano. (...) Esta mujer, que me había penetrado tan perfectamente, que parecía saber de la vida más que todos los sabios, se dedicaba a ser niña, al pequeño juego de la vida del momento, con un arte que me convirtió desde luego en su discípulo. Y lo mismo da que fuera todo ello alta sabiduría o sencillamente candidez. Quien sabia vivir de esta manera el momento, quien vivía de este modo tan actual y sabía estimar tan cuidadosamente y amablemente toda flor pequeña del camino, todo minúsculo valor sin importancia del instante, éste estaba por encima de todo y no le importaba nada la vida.

Este dar la importancia al momento no es nada sencillo, creo, parece simple, pero no lo es. Es muy dificil no pensar
en nada mientras haces algo, o mejor sólo pensar en ese algo mientras lo estas haciendo. Siempre estamos pensando
en otras cosas, siempre preocupandonos, sin ocuparnos (Como dice Gina), y haciendo de nuestra vida una carga más
pesada de lo que en realidad es.
Espero que con mis clases de Aikido (y exorcisando mi pasado en este blog) vuelva encontrar este camino olvidado del instante.


Les estaré contando.

 

Aikido

1 min read

Hoy después de casi dos años de no practicar, vovi a asistir a mis amadas clases de Aikido. Me sorprendio sobremanera no estar tan oxidado como esperaba, lo cual es un buen sintoma. De recibimiento, en mi primera clase me toco limpiar (como a todos los demás), y fue curioso observar dentro de mi mismo la voz del ego intentanto criticar el acto, simple y sencillo de servir.